REHUSAR OFENDERSE

El infinito poder de Dios se extendió como un estallido de gloria entre la congregación, y fue el coro quien prendió la mecha de la pasión por el canto y el baile. Las alabanzas y los himnos de adoración, embellecidos con alusiones a las Sagradas Escrituras, calaron en los hijos de Dios, enriqueciendo sus mentes …