Mientras el coro de La SCOAN cantaba, «Abba Padre», una canción escrita por el Profeta T.B. Joshua, la atmósfera dentro del auditorio estaba cargada con la unción de Dios y la congregación cantaba gozosamente, pidiéndole a Dios que apartara de sus corazones los deseos carnales.
«Dios ha hecho maravillosas promesas y son para ti, personalmente», dijo Racine a la congregación, «pero desafortunadamente, hoy en día, a muchas personas les resulta difícil creer que las promesas de Dios pueden cumplirse en sus vidas».
Explicando el comienzo de su sermón, Racine enfatizó que tendemos a limitarnos a creer que lo que leemos en la Biblia no es para nosotros sino solo para las personas en la Biblia. Afirmó que estamos demasiado condicionados para creer que lo que Dios dice que puede sucederles a otros, no nos sucederá a nosotros. Para desmitificar esa limitada creencia, Racine recordó a la congregación y a los espectadores de todo el mundo que la gracia de Dios que transformó al cobrador de impuestos Levi en el Apóstol Mateo; la gracia de Dios que le ofreció vida eterna al asesino que había sido condenado a morir en la cruz; la gracia de Dios que transformó al perseguidor llamado Saúl en el Apóstol Pablo, es la misma gracia que se le ha dado a un profeta de todas las naciones, un mentor para millones y un canal de luz brillante en nuestro tiempo: el Profeta T.B. Joshua. Las referencias de Racine ilustraron que lo que Dios hace posible para otros en la Biblia, también lo hace para las personas hoy en día. Esto significa que las promesas de Dios se pueden cumplir en nuestras vidas, cuando creemos. Tras llevarnos al título de su mensaje EL PODER TRANSFORMADOR, Racine agregó que cuando permites que Dios te transforme por el poder del Espíritu Santo, entonces Él comenzará literalmente a mostrarte el camino.
Al leer el texto bíblico de Génesis 1: 1-5, Racine alentó la fe de la congregación y de los espectadores de todo el mundo saludando a sus vidas, a sus carreras y destinos con un «¡buenos días!» y animándoles a seguir a Jesucristo, quien eliminará todos los vacíos en sus vidas y los llevará de la oscuridad a la Luz.
Profundizando aún más en la premisa de nuestra limitada creencia, Racine citó algunos casos al respecto. Cuando el Profeta Samuel (1 Samuel 9:21) fue a ungir a Saúl como futuro rey, los pensamientos de Saúl volvieron a su pasado como Benjamita, una de las tribus más pequeñas de Israel. Gedeón se recordó a sí mismo su empobrecida situación familiar cuando un ángel le fue enviado para establecerlo como Juez en Israel. Cuando el Señor se comprometió con Moisés para salvar a Su pueblo de la cautividad, Moisés le recordó a Dios su debilidad de no poder hablar elocuentemente. Refiriéndose a Juan 15:3, donde Jesús dijo: «Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado», Racine explicó a la congregación que Jesús vino para poner a un lado nuestro pasado indigno y llevarnos a la presencia del Padre vivo sin ningún sentido de indignidad. Dejó claro que es el poder de Dios obrando a través de Su Palabra, por Su Espíritu, lo que produce un nuevo nacimiento y una transformación radical en nuestras vidas.
«¿Cómo conocemos el poder de Dios?», preguntó Racine. Citando al hombre de Dios, el Profeta
T.B. Joshua, dijo que: «Conocer la presencia de Dios es conocer Su poder y la Palabra de Dios es la presencia viva del poder Divino».
La demostración del poder sanador de Dios fue evidente en el Servicio Dominical de La SCOAN cuando Racine se movió en medio de los congregantes proclamando sanidad y liberación en las vidas de muchos a través de la Palabra de Dios. Entre los muchos sanados y liberados se encontraba la señora Margareth Molefe, una sudafricana de 56 años de edad, que padecía de diferentes dolencias, entre ellas rigidez en el brazo y desgaste degenerativo de la articulación del hombro, dolor de la articulación de la rodilla y un problema de columna cervical durante 12 años consecutivos. Después de la oración, ella se levantó y caminó libremente con renovada fuerza, ¡para la gloria de Dios!
El señor Olusegun, al recibir la Palabra de Dios, se quitó el corsé de que dependía su vida como resultado de la enfermedad degenerativa del disco cervical y lumbar que lo privó de la capacidad de caminar libremente. Racine oró en el poder del Espíritu Santo y Olusegun caminó con un cuerpo renovado a la luz de su testimonio.
Cuando dos años de espondilosis cervical, degeneración del disco vertebral y protuberancia del disco junto con un incómodo bocio dejaron el cuello de la señora Sophia Masanja a la merced de un collarín, la tanzana de 54 años supo que había acudido a La SCOAN como su última parada. Verdaderamente, el poder sanador de Dios acabó con su sufrimiento y el poder transformador de la Palabra de Dios proclamado por Racine liberaron a la señora Masanja.
Durante nueve años, la señora Layi Petune, sudafricana de 63 años, sufrió de hipertensión y fracturas en las articulaciones de las rodillas, entre otros desafíos. Cuando Racine extendió su mano hacia ella y oró en el nombre de Jesús, la señora Petune se quitó la rodillera y caminó hacia su libertad permanente fuera de la enfermedad.
Cuando el señor Julius Mugisha, de 49 años, de Estados Unidos, sintió que ya estaba harto del dolor insoportable de la columna cervical, la enfermedad degenerativa del disco y la apnea del sueño que lo hicieron dependiente de un collarín y una máquina de respiración, en fe, decidió visitar a La SCOAN. Fue allí donde Racine extendió su mano y ministró en el nombre de Jesús para liberar al señor Mugisha. Inconfundible, el señor Mugisha recibió el aliento de vida. El cuello rígido y la apnea del sueño son cosas del pasado.
A los 75 años, el señor Emmanuel Peter Mazalla, de Tanzania, no estaba preparado para continuar ni un día más con sus tres años de pérdida auditiva. Ante la mención del nombre Jesucristo por parte de Racine, su sanidad se convirtió en un testimonio instantáneo. Se quitó los dos audífonos y pudo responder con facilidad.
Bajo la unción de Jesucristo, el Maestro Sanador, Chris ministró sanidad y liberación y los enfermos fueron sanados, los corazones rotos se enmendaron, los débiles se hicieron fuertes y los encadenados fueron liberados. Otros no quedaron fuera mientras recibían palabras de profecía exponiendo la causa raíz de sus problemas.
Durante la Oración Masiva ministrada por Racine y Chris, el poder de Dios estuvo presente tocando muchas vidas y arrojando fuera sustancias venenosas que satanás había depositado en sus sistemas. Dios probó que Él es el mismo, ayer, hoy y siempre y que con Él todo es posible.
Levando a un gozoso final el Servicio Dominical, el Profeta TB Joshua ofreció la Oración Para Espectadores, ordenando fuera todos los espíritus inmundos que operaban en sus vidas, causando retroceso, aflicciones, fracasos, enfermedades, en el nombre de Jesucristo.