
La Biblia describe nuestras vidas como una niebla que aparece por un momento y luego se desvanece (Santiago 4:14). ¿Cuál es tu misión para tu tiempo aquí en la tierra? ¿Es obtener riquezas, posición o poder? Muchos son culpables de caer en la tentación de usar las riquezas, la posición, el poder y el prestigio para medir su éxito en la vida, pero Jesucristo fue un ganador de almas. Para eso nació, vivió, murió y resucitó en poder.
En Lucas 4:18-19, Jesús declaró su misión:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; para predicar el año agradable del Señor».
Aquí podemos ver que el ministerio de Jesús fue para los perdidos y los que tienen el corazón roto. Miles de años después, Su misión de amor sigue cambiando el mundo. ¡Su misión debería ser tu misión! La mejor manera de usar la vida es invertirla en algo que perdure. Por ejemplo, amar a alguien más profundamente cada día.