¡NO DEJES QUE TU SITUACIÓN DICTE LA DIRECCIÓN DE TU ORACIÓN!

Recuerda lo que ocurrió junto a la tumba de Lázaro en Juan 11:38-44. Ordinariamente, la situación no era como para dar gracias, pero Jesús, siendo un Hombre de fe, no se dejó influenciar por lo que sucedía a Su alrededor. Lo que vio no influenció la dirección de Su oración.

Cuando Jesús llegó a la casa de Lázaro, donde las personas estaban de luto, donde las personas estaban llorando, Jesús no permitió que el estado de ánimo general Le abrumara. En otras palabras, Jesús no permitió que los acontecimientos de alrededor dictaran la dirección de Su oración.

Hoy, cuando las cosas van bien nuestra oración es de acción de gracias, pero cuando las cosas van mal nuestra oración es de petición y no de acción de gracias. Consideremos el caso de Pablo y Silas en la prisión en Hechos 16. Su condición no era como para dar gracias y alabar, pero como hombres de fe los acontecimientos que les rodeaban no les llevaron a murmurar y desesperarse.