MANTENTE EN SINTONÍA CON DIOS<br>» class=»wp-image-102514″></figure>



<p>MANTENTE EN SINTONÍA CON DIOS – La vida es un campo de batalla en el que sólo los valientes vencen, tras librar muchas batallas. Como Cristianos, cuando Dios nos conduce a través de una batalla, es para nuestro propio interés hablar de Su bondad, amabilidad y misericordia, agradeciéndole por no permitir que nuestros enemigos nos derroten. Cuando Dios nos da Su fortaleza, siempre nos acompañará hasta el fin a través de todos los obstáculos. La extensión de Su cuidado y la fuerza de Su poder en nuestras vidas debilitan y frustran a nuestros enemigos.   </p>



<p>En nuestro caminar con Dios, habrá momentos buenos y difíciles. ¿Estás enfermo? ¡Dios es el Sanador! ¿Estás cautivo? Dios puede liberarte. ¿Estás oprimido? Dios es el gran Libertador. ¿Estás necesitado? Dios es el gran Proveedor. Jesucristo tiene las respuestas a todos los problemas. No tenemos más refugio que esta orden de Jesucristo: ¡SÓLO CREE! Este es nuestro refugio. Debemos tener absoluta confianza en Dios, en que Él está trabajando en la respuesta. Recuerda que ser fiel a Dios no significa no enfrentar persecución, insultos u opresión. Daniel, Pablo, José, Mesac, Sadrac y Abednego fueron rechazados y perseguidos por los hombres, pero Dios hizo que sus problemas sirvieran para su progreso.              </p>



<p>Consideremos el caso de Daniel, cuya fe fue desafiada de una manera nueva. Tenía dos opciones: </p>



<p>I – Renunciar y negar a Dios, dejar de hacer la obra de Dios, adorar a los dioses babilónicos y convertirse en la mano derecha del rey con enormes derechos y privilegios.</p>



<p>II – Mantener su posición con Dios y que sus huesos fueran triturados por leones hambrientos.</p>



<p>Estas eran realmente opciones extremas que necesitaban la gracia de Dios para tomar la decisión correcta. La fidelidad y la coherencia de Daniel son desafíos para todos los Cristianos de hoy. Así que, sea lo que sea que estés atravesando, si Dios te lo permite, nunca dudes de tu Guardián.  </p>



<p>No hay enfermedad que Jesucristo no pueda sanar, ni dolencia que no pueda curar, ni problema que no pueda resolver. Por eso, mantente en sintonía con Dios en fe. Di: «Señor Jesús, dame la gracia de seguir aferrándome a Ti a pesar de los desafíos, la persecución y la opresión. Que Tu nombre sea glorificado y alabado siempre en mi vida».<br>  </p>

		
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