
LA RESPUESTA DE UN CRISTIANO; Génesis 45: 4 -5 dice: «Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros». José tenía razones para no ceder a la tentación de la mujer de Potifar, ni ceder a la desesperación en el pozo seco, ni perder la esperanza en la sucia prisión. Consideró quién era, un hijo del pacto, un hijo con una promesa de Dios.
Un hijo del destino sabe que es alguien con una diferencia. Siempre sabe que aquí está sólo el mercado y el hogar está en el Cielo. José era un hijo del destino y por eso, cuando estaba en el pozo seco, se dijo a sí mismo: «Este no es mi sitio». Un hijo de la promesa sabe a dónde pertenece. Si sabes a dónde perteneces, no permitirás que nada te abrume, te manipule, dicte tu dirección o influya negativamente en tu respuesta. Te mantendrías centrado en el curso Divino de Dios para tu vida y seguirías corriendo la carrera recta por la buena gracia de Dios. Recuerda que muchas personas que ocupan posiciones de poder en todo el mundo fueron señaladas por el éxito debido a la forma en que respondieron a los muchos ataques, insultos y oposición que recibieron.
Si José se hubiera sentido abrumado por su situación en el pozo seco, habría cedido a la desesperación. Si se hubiera entusiasmado demasiado por el buen trato que recibió en la casa de Potifar, habría cedido al placer y al orgullo. En otras palabras, su sueño habría muerto en él. No dejes que tu sueño muera dentro de ti. Hay algo mucho más importante que tu situación actual: tu sueño y tus metas en la vida.
ORACIÓN: ¡Pide a Jesucristo que te ayude a correr la carrera recta por Su buena gracia!