
Juan 17:3 dice, «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado».
Si las personas supieran lo que sucederá después, elaborarían otras estrategias en lugar de depender de Dios para su sustento. Los hombres anhelan la eternidad, pero prefieren vivir en este mundo a su manera, sin honrar a Dios en el proceso. Dios ha diseñado las cosas de tal manera que Su unción no obre a través de planes, métodos o ingeniería humana, sino a través de Sus siervos elegidos. Ser elocuente, amigable o tener la capacidad de inspirar no nos hace idóneos, pero honrar a Jesús con nuestro carácter sí. El producto del carácter hace de alguien un siervo de Dios.
Jesús no busca teólogos, sino personas sencillas que estén dispuestas a tomar cada una de Sus palabras. La doctrina de Jesús fue rechazada porque Él predicaba una nueva ideología. La mente humana a menudo se resiente de lo que no puede dominar. Verdaderamente, todo lo que tienda a desafiar la lógica humana es resistido y combatido hasta la saciedad. ¿Te sientes indebidamente perseguido a causa de la gracia de Dios en tu vida? La gente puede insultarte, robarte la libertad o confinarte a duras condiciones, pero no pueden apartarte del Trono de la misericordia y de la comunión con Dios. Tenlo por sumo gozo, porque quienes causaron el dolor de ayer no controlan el potencial del mañana. Dios es el dueño de tu futuro, así que mantén tu visión y tu misión en primer plano. Recuerda que no hay competencia en el viaje a la eternidad, así que debes seguir corriendo la carrera recta con Dios y seguir mirando hacia adelante para la vida eterna con Jesús. ¡Emmanuel!
Oración: «Oh Espíritu Santo, dame la fortaleza y la gracia para seguir corriendo la carrera recta contigo, ¡en el nombre de Jesús! ¡Amén!».