1 Timoteo 2:3 – 5 dice, «Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre».

Nadie tiene la capacidad de venir a Dios por sí mismo; nadie tiene el poder de salvarse a sí mismo. La comprensión de nuestra naturaleza pecaminosa y el paso consciente hacia el arrepentimiento provienen principalmente de la persona del Espíritu Santo. El mensaje eterno de la salvación desvela la Verdad a los incrédulos, abriéndoles los ojos para que vean quién es Dios realmente, quiénes son ellos ante Él y lo que Cristo hizo por ellos en la Cruz del Calvario.

Dios dio a Su Hijo como ofrenda por el pecado por nosotros. Cuando Su Hijo resucitó, nos dio Su Espíritu para ayudarnos a mantener nuestra salvación. Nuestro Señor Jesucristo no resucitó tan sólo para sentarse a la diestra del Padre; Él también intercede por nosotros constantemente. Porque Dios no nos negó a Su Hijo, sino que permitió que muriera en nuestro lugar para realizar Su plan de salvación. A través de Su plan de salvación, nos damos cuenta de cuánto nos ama y cuánto se preocupa por nosotros; antes de que nosotros empezáramos a pensar en Él, Dios pensaba en nosotros. Antes de que lo amáramos, Él nos amó; antes de que lo eligiéramos, Él nos eligió como Su pueblo. Él todavía nos ofrece la oportunidad de elegirle cada día a través de Su plan de salvación. ¡Dios quiere que seas salvo!

Oración: «Padre Celestial, Te doy gracias por la salvación y el sacrificio de Tu Hijo Jesucristo; ayúdame, Señor, a amarte y elegirte siempre cada día, ¡en el nombre de Jesucristo! Amén».