
Apoyando su mensaje en la historia de Joseph, que fue vendido como esclavo por sus hermanos, el evangelista Chris habló a la congregación sobre la necesidad de seguir caminando, a pesar de las realidades tan descorazonadoras que la vida puede ponernos delante y que destrozan a veces la felicidad. Las desilusiones no son sentencias de muerte, sino que crean el entorno apropiado para que Dios pueda manifestarse y revelarse en ellas. Según él, una carta de despido podría ser una bendición encubierta si tenemos la paciencia suficiente para ahondar en una situación tan penosa. Todos los problemas a los que Joseph ha tenido que enfrentarse en la vida le han ido conduciendo a la posición que Dios le tenía reservada. En resumen: negarse a aceptar el fracaso, por el evangelista Chris, explica la importancia de los reveses y desilusiones en la vida de un creyente verdadero.
TESTIMONIOS
UNAS DEBILIDADES QUE AMENAZABAN SU CARRERA
La carrera de la doctora Irena Ngobeni se estaba viendo amenazada por problemas de salud que habían venido siendo una espina clavada en su carne desde sus días de universidad. Era impensable que una estudiante brillante como ella, que había obtenido las más altas calificaciones en el colegio y el instituto, pudiera terminar pasando a duras penas los exámenes de la carrera. Pero ese era el caso de esta sudafricana que llevaba peleando con las migrañas y los dolores menstruales más de quince largos años, unos problemas de salud que amenazaban con destrozar su carrera, ya que no lograba concentrarse ni utilizar su cerebro y su energía al máximo nivel.

A trancas y barrancas consiguió graduarse en medicina, y cuando por fin empezó a trabajar, esos problemas siguieron asomando su fea cara. Le resultaba muy difícil avanzar en su carrera, y fue una amiga la que, preocupada por ella, le habló de buscar una solución en la Arena de Libertad. Considerando la situación tan difícil de aceptar en la que se encontraba sumida, junto con la avalancha de milagros que había visto en Emmanuel TV, aceptó el consejo de su amiga y decidió ir a visitar La SCOAN.
Una vez allí, el Profeta T.B. Joshua oró por ella, y le hizo entrega del Agua de la Mañana, que se ministró en nombre de Jesús. Más tarde volvió a Sudáfrica, y fue allí donde descubrió una mejora en su vida espiritual. También descubrió que los dos tormentos de su vida desaparecían: las migrañas y los dolores menstruales que le habían destrozado la vida habían sido conquistados por el poder de Dios. Para valorar la veracidad de su libertad recién descubierta y comprobar si su capacidad intelectual dañada por el dolor se había recuperado por completo, la doctora Ngobeni se matriculó en un par de cursos, y los resultados que obtuvo la dejaron muy sorprendida. En todos los exámenes a los que se presentó obtuvo unas calificaciones que la sorprendieron incluso a ella misma. Más adelante, extendió las manos del amor a las familias y amigos de los mártires de la fe, tal y como el hombre de Dios le pidió, y obtuvo muchos otros grandes logros. Queriendo dar testimonio de la bondad que Dios había derramado sobre ella junto con la alegría de la recuperación, animó a la gente a ver los desafíos como algo transitorio, y a avanzar tomando de la mano la integridad de la palabra de Dios.
LIBERARSE DE LA MIGRAÑA Y DEL FRACASO EN LOS NEGOCIOS
Enfrentado a la pérdida de su trabajo y a la incapacidad de sacar su empresa adelante, el demonio enredó todavía más la situación de Tlhomamiso Mogaetsho con una persistente migraña. Se encontraba mal permanentemente, de modo que no había modo de coordinar su vida y sus demás asuntos como era necesario. Su marido lo intentó todo acudiendo a hospitales y curanderos, pero sin resultados.

Una amiga la animó a visitar La SCOAN para encontrar una solución duradera a sus problemas. La idea la convenció, y decidió acudir a la Arena de la Libertad, donde recibió las oraciones y el Agua de la Mañana.
Cuando volvió a su casa y se ministró el Agua de la Mañana, se dio cuenta de que había dejado de dolerle la cabeza. Es más: era como si le hubieran puesto una compresa de hielo sobre la frente. La migraña no volvió a aparecer. Tras su sanidad, consiguió también algunos contratos muy lucrativos y ha podido construir una casa de huéspedes que sigue proporcionándole ingresos. Por otro lado, adquirió otras dos parcelas de terreno en las que se está construyendo. Su casa de huéspedes ha sido alquilada por una empresa que le paga mensualmente por su mantenimiento. Así mismo, ha construido un piso de dos dormitorios para quien pueda estar necesitando alojamiento. Tremendamente agradecida a Dios por haberle otorgado su gracia, nos aconseja que sigamos orando, sea cual sea el momento de nuestras vidas.
DE DEUDOR DESESPERADO A LA RIQUEZA
Daniel Omoyibo estaba endeudado con cuatro bancos distintos y tres prestamistas, por la mareante cantidad de 58,6 millones de nairas. Su empresa estaba al borde de la quiebra, y no podía pagar ni el salario a sus trabajadores. Su nombre aparecía en la listas de busca y captura, y se ocultaba para evitar que lo detuvieran. Además de esos problemas económicos, le pesaba la triste historia de su esposa, que llevaba seis años sin haber tenido la menstruación. En un momento particularmente difícil, el señor Omoyibo utilizó fraudulentamente su casa como garantía en más de un banco al mismo tiempo para pedir un préstamo. Los bancos andaban tras su pista, pero los prestamistas también, amenazándole con toda clase de represalias, pero no lograban encontrarlo. Era como el rayo, imposible de sujetar. Sofocado con el peso de aquella carga y deseoso de salir del atolladero, intentó pedirle un préstamo a un amigo, y aunque el hombre no disponía de esa cantidad, y se fue sin el dinero, no se marchó exactamente con las manos vacías, ya que, mientras esperaba, pudo ver una emisión de Emmanuel TV, lo que luego resultaría ser la experiencia más importante de toda su vida.

Consciente de que una visita a La SCOAN podía cambiar su destino, decidió acudir acompañado de su esposa. Cuando llegaron, los colocaron en la Línea de Oración, y recibieron oraciones del hombre de Dios, además de Agua de la Mañana. Milagrosamente, la menstruación de la señora Omoyibo, que llevaba ausente seis años, volvió ese mismo día. Cuando la pareja regresó a su casa, y siguió ministrándose el Agua de la Mañana, en ellos y en los documentos de trabajo del marido, más milagros comenzaron a acontecer. El señor Omoyibo recibió el favor divino en forma de algunos contratos importantes, que le permitieron por fin pagar sus deudas. Desde entonces, se ha construido una casa y tiene varios coches, además de un camión y autobuses para sus empleados, que han pasado de ser seis a ciento veinticuatro. Actualmente está construyendo un gran hotel, además de una escuela para los menos afortunados.
Dio testimonio acompañado por su mujer, su hija, personal de su empresa y gobernantes tradicionales de su comunidad, y el señor Omoyibo nos aconsejó que siguiéramos confiando en Dios.
EL AGUA DE LA MAÑANA, PUENTE PARA SALVAR CUALQUIER ABISMO, INCLUIDA LA INFERTILIDAD
La historia del señor y la señora Odubu es el triste relato de la búsqueda de la paternidad durante nueve largos años. Las pruebas habían detectado al señor Odubu un bajo conteo de espermatozoides, mientras que su esposa tenía una menstruación irregular. Todos los esfuerzos médicos por lograr el tan deseado embarazo habían sido infructuosos, hasta que la pareja edificó su fe a través de Emmanuel TV y tomó la decisión de visitar La SCOAN.

Como es habitual en aquellos que buscan con ahínco la gracia de Dios, la pareja recibió el Agua de la Mañana y volvió a su casa, pero habían sido ministrados con el agua que se distribuyó entre quienes oraban, y Dios les respondió en menos de un mes.
Nueve meses después, los Odubu tuvieron su primer hijo, al que bautizaron con el nombre de Oghenemairo Peculiar; su nacimiento trajo consigo montones de regalos que se hicieron a la familia, entre ellos un coche. La pareja alabó al Altísimo por haber secado sus lágrimas de angustia y poner en sus labios una canción nueva de agradecimiento. El señor Odubu animó a los hombres que se encuentren en una situación similar a la suya a apoyar a sus esposas y a apoyarse en Dios en lugar de dedicarse a asignar culpas.
EL RETRASO NO ES RECHAZO NEGAR
El señor y la señora Gabriel Ebagun acudieron a La SCOAN llevando consigo la pesada carga de una infertilidad que duraba ya veintiocho años. A la señora Gabriel le habían diagnosticado un bloqueo de las trompas de Falopio, desequilibrio hormonal y falta de menstruación, mientras que el recuento de espermatozoides de su esposo era bajo. Habían visitado varios lugares en busca de una solución, pero sin resultados.

En La SCOAN tuvieron la posibilidad de recibir el Agua de la Mañana, y de presenciar el testimonio de una mujer que tenía su mismo problema de infecundidad, pero que había sido bendecida con un fruto de su vientre. Aquella mujer dio testimonio de que tras ministrar el Agua de la Mañana, fue a comprar ropa de bebé empujada por la fe, convencida de que Dios iba a bendecirla con un embarazo. Y así fue. La señora Gabriel se sintió tan inspirada por este testimonio que hizo lo mismo: se ministró el Agua de la Mañana y se fue a comprar ropa para su futuro hijo. Tras unirse a su marido como esposo y esposa, se dio cuenta de que empezaba a tener síntomas y acudió al hospital: fue una gran sorpresa que le confirmaran que estaba embarazada.
El consejo de su esposo fue que esperáramos pacientemente en el Señor.
RESCATADO DE LOS ESTRAGOS DEL JUEGO Y EL SUICIDIO
Estando un día en un ciber café, el señor Chukwu tuvo la fatalidad de ver a dos hombres apostando en Internet. Curioso, les preguntó si podía unirse a ellos, a lo que los desconocidos accedieron, y así fue cómo quedó poseído por los espíritus del suicidio y el juego. Buscaba dinero donde fuera y lo gastaba todo en el juego, pero cuando perdía sentía la tentación de suicidarse. El espíritu del juego se apoderó de él de tal manera que incluso estando ingresado en un hospital, abandonó el tratamiento para ir a jugar. Desarrolló una tremenda habilidad para engañar a la gente y sacarle dinero. A veces incluso utilizaba la influencia de su padre para engatusar a sus conocidos y poder jugar. Perdió más de 2.700.000 nairas y contrajo fuertes deudas. Llegó a jugarse el dinero de su padre.

Un día, cuando sus padres se negaron a darle más, intentó suicidarse bebiendo alcohol desnaturalizado, y lo habría conseguido de no ser por la intervención de su familia. De hecho, ya había pasado dos meses en el hospital por haber ingerido alcohol de esta clase, que había acabado quemándole los intestinos. A veces llegaba a caminar por la carretera con la esperanza de que un automóvil lo arrollase para escapar el trauma emocional que era para él seguir perdiendo dinero en el juego. Estuvo a las puertas de la muerte, en suma, y habría traspasado ese umbral de no haber sido por La SCOAN. Hasta el demonio que habló por su boca cuando el evangelista le ministraba el Agua de la Mañana dijo que le quedaban seis días de vida. Es el hijo malo de un buen padre. La única persona que podría mentirte sin que te enteraras. Eso dijo el demonio cuando el evangelista le ministró el Agua de la Mañana.
Así fue como el señor Ukaoma fue liberado. Aunque los demonios intentaron resistirse, no pudieron hacer nada contra el poder de la unción. El mismo señor Ukaoma corrobora la experiencia: En cuanto el evangelista ministró el Agua de la Mañana, sentí un calor tremendo en el cuerpo. De hecho, no puedo explicar qué pasó el resto del día.
El padre del señor Chukwu dio las gracias a Dios por la liberación de su hijo, y nos aconsejó que nos acercáramos más a Él.
LIBERADO DEL ESPÍRITU DE LAS AGUAS Y DE LA HOMOSEXUALIDAD
El señor Ebeleme había crecido entre los pedazos de un matrimonio roto y no había tenido relación con su padre. Con el paso del tiempo, comenzó a soñar cosas extrañas: se veía a sí mismo en el río, rodeado de mujeres que cantaban para él, y poco a poco comenzó a comportarse físicamente como una mujer: cocinaba, vestía y utilizaba cosméticos como las mujeres. Más adelante, desarrolló instintos homosexuales e inclinaciones cleptomaníacas que le condujeron a robar el dinero de su madre. El señor Ebeleme comenzó a mantener intercambios sexuales con hombres y a ser pagado por ello. Todos los esfuerzos que hizo su madre para buscar ayuda espiritual resultaron infructuosos. Uno de los llamados espiritualistas que había sido contratado para ayudarle acabó acostándose con él.

Sus tendencias homosexuales desataron la ira de su comunidad, por lo que fue castigado públicamente introduciéndole el palo de una escoba por sus partes íntimas. Tras aquella desgracia, su madre intentó buscar más ayuda espiritual, pero su hijo prefirió acudir a La SCOAN, y fue allí donde consiguió ser liberado en el nombre de Jesús Todopoderoso. El demonio contestó a las preguntas que le hizo el evangelista diciendo que era una reina del río, y el señor Ebeleme, adoptando rasgos femeninos, cayó al suelo cuando el demonio quedó expulsado gracias al fuego del Espíritu Santo presente en el Agua de la Mañana.
El señor Ebeleme diría después que había visto a la reina intentando dispararle una flecha al evangelista, pero que no había podido soportar la unción presente en el auditorio, y que desapareció al no poder sobrevivir al fuego que se había apoderado de la atmósfera de la iglesia. Compartiendo el testimonio de la liberación de su hijo de la oscuridad y la muerte, su madre dio gracias a Dios por haberle concedido una segunda oportunidad.
ORACIÓN
La congregación bailaba al ritmo de las canciones que emanaban del coro, y el espíritu de Dios se sentía en todos los rincones del auditorio. Durante la oración dirigida por los evangelistas Yinka y Christopher, enviados por el profeta T.B. Joshua en el todopoderoso nombre de Jesús, espíritus imuundos, manipulaciones demoníacas y contaminaciones espirituales presentes en la vida de los allí congregados quedaron destruidas. Muchos vomitaron sustancias venenosas, mientras quienes manifestaban posesiones demoníacas fueron liberados. Aun irradiando el espíritu de la Navidad, el servicio dominical de La SCOAN el 27 de diciembre de 2015 valió la pena en toda la dimensión.