Cuando en el histórico día del 9 de julio de 2011, Sudán del Sur emergió como la nación más nueva del mundo, los pacificadores de todo el mundo, especialmente del continente africano, finalmente pudieron respirar aliviados, dado que se esperaba que la separación política de una Sudán más grande y socioculturalmente diversa, marcara el comienzo de una paz duradera para un pueblo cansado de la guerra. Lamentablemente, sin embargo, la frágil paz en Sudán del Sur pronto se hizo pedazos cuando estalló la guerra civil en 2013, tras desacuerdos entre personas influyentes a nivel presidencial. Según los informes, el conflicto provocó el desplazamiento de unos cuatro millones de personas.

Fue bajo estas circunstancias que el Profeta T.B. Joshua visitó Sudán del Sur el 12 de noviembre de 2019, habiendo recibido autorización Divina para hacerlo. Como hombre de fe, el siervo de Dios ignoró todos los esfuerzos humanos para disuadirlo de la visita, habiendo rechazado varias invitaciones anteriores a Sudán del Sur. Para gloria de Dios, esa visita cambió para bien el curso de los acontecimientos en el país. Aunque se le otorgó el más alto nivel de protocolo estatal desde el Aeropuerto Internacional de Juba hasta la Casa del Estado en Juba, la capital del estado, el Profeta T.B. Joshua se aseguró de mantener el enfoque en Dios Todopoderoso al enfatizar la necesidad de que sus anfitriones escucharan las declaraciones proféticas que había sido enviado a entregar al gobierno y al pueblo de Sudán del Sur.
«Estoy aquí para transmitir el mensaje y la oración de Dios», comenzó el Profeta T.B. Joshua, agregando que necesitaba ser específico y «no decir lo que Dios no ha dicho». Luego oró para que Dios le diera a todos los protagonistas políticos en Sudán del Sur la discreción para guiar sus corazones a obedecer la Palabra de Dios. Al hablar con franqueza ante una audiencia integrada por poderosos actores estatales como el presidente, así como otros miembros de la presidencia, ministros, legisladores, militares y policías de alto rango y líderes religiosos, entre otros, el hombre de Dios dijo: «Ha llegado el momento para que dejemos atrás nuestras diferencias». Dijo que la nación más joven del mundo tenía una gran gloria y que Dios estaba a punto de intervenir. «Si soy un profeta, esto no quedará sin cumplimiento», aseguró el Profeta T.B. Joshua a sus oyentes, incluso cuando dijo que estaba en el país estrictamente para profetizar, no para predicar o enseñar.
Continuando, el hombre de Dios dijo que el problema de Sudán del Sur era espiritual y, por lo tanto, debía abordarse espiritualmente. Aconsejó a los líderes del país que resolvieran sus diferencias y trabajaran juntos por el bien del país, y dio ejemplos de la experiencia personal de cómo el conflicto en el país había afectado la imagen del país como un destino de viaje seguro. Por lo tanto, en el contexto de los «enormes recursos naturales» del país, el Profeta T.B. Joshua instó a los líderes a abrazar la paz para que los inversionistas y turistas pudieran visitar el país. Al describir a los sursudaneses como «personas inteligentes, trabajadoras y con ambisiones», reiteró la necesidad de que las partes interesadas adopten la paz para que los sursudaneses, dispersos por todo el mundo, se sientan animados a regresar a casa y unirse a los esfuerzos para desarrollar el país.
Con respecto a la profecía para la nación, el Profeta T.B. Joshua le pidió a su audiencia que mirara más allá de lo físico y discerniera la voz del Señor. En sus palabras: «No puedes interponerte en el camino del Señor. Él es dueño del corazón del hombre y puede instruir al hombre en cualquier momento». Luego declaró: «El mes que viene, hablamos de diciembre, año nuevo, este país va a entrar en un nuevo año, ¡un nuevo comienzo! ¡Te guste o no; me guste o no! Tu consenso no importa para lo que Dios está a punto de hacer». El hombre de Dios, por lo tanto, aconsejó a las personas que tomara en serio la profecía, ya que era producto de la indicación del Espíritu Santo.
Al final de la reunión profética, el Profeta T.B. Joshua elevó su voz al cielo: «Señor, oro por la paz de Sudán del Sur. Ten misericordia de la nación. Que los líderes y ciudadanos de Sudán del Sur obtengan Tu misericordia. ¡Gracias, Señor, por Tu compasión y perdón, en el nombre de Jesucristo!».
En sus comentarios finales, el hombre de Dios observó: «Este es el mensaje y la oración que soy enviado a entregar. Puede parecer poco, corto pero está preñado. Está embarazado, así que esperemos los resultados. Cuando Dios dice “sí”, nadie puede decir “no”. Lo repito, ha llegado el momento de superar nuestras divisiones, de dejar atrás nuestras diferencias y posibilitar a la nación más joven del mundo. No hay más tiempo para ti, para nosotros. Dios quiere que la nación avance. ¡Viva esta iniciativa de paz! ¡Viva la nación más joven del mundo! Muchas gracias».
Agradeciendo al Profeta T.B. Joshua por la visita, el presidente Salva Kiir Mayardit señaló: «Hemos cruzado una gran distancia en busca de la paz. Ahora que el hombre de Dios ha venido a Sudán del Sur, creo que la paz está muy cercana». Por su parte, el vicepresidente del Consejo de Estados, Arthur Akwien, dijo: «Es un gran mensaje para nuestro país y nos ha traído mucha esperanza de paz en nuestro país. Nos ha dado una palabra muy alentadora de que, a finales de este año, tendremos paz en nuestro país. Estamos muy felices de que esta sea la Palabra de Dios a través del Profeta T.B. Joshua».
En nombre de las mujeres del país, Amer Manyok Deng, Presidenta del Bloque de Mujeres de Sudán del Sur, dijo lo siguiente: «Soy dignataria del Acuerdo de Paz en nombre de las mujeres de Sudán del Sur, por primera vez en la historia de África. Hoy, estamos muy agradecidas, felices y honradas de que el hombre de Dios, T.B. Joshua, haya venido a nosotros. Incluso en los pocos minutos que ha estado aquí, hemos experimentado la lluvia; es una bendición…. Hombre de Dios, has visto nuestro sufrimiento y sabemos que tus bendiciones bendecirán a las personas y a las mujeres y niños vulnerables de este país. ¡Gracias por venir!».