En un mensaje alentador durante la semana, que llegó directamente al corazón de todos los que lo escucharon, el Profeta T.B. Joshua enfatizó en la importancia de levantarse cada vez que caemos. Dijo: «Si no te rindes cuando fracasas, definitivamente tendrás éxito en la vida». Al comparar nuestro viaje en la vida con el de un bebé cuando aprende a caminar, dijo: «Te caes y te levantas; entonces te caes de nuevo y te levantas de nuevo hasta que controlas tu equilibrio». Instó a todos a no perder el tiempo lamentándose de los fracasos pasados, porque tenemos una meta para alcanzar que requiere de toda nuestra energía. El hombre de Dios citó muchas Escrituras para leer, incluyendo Hebreos 11: 1-3, Romanos 8: 35-39, 2 Corintios 4: 16-18, y concluyó con estas inspiradoras palabras: «Únicamente fracasas verdaderamente cuando dejas de levantarte e intentarlo de nuevo».
«Dios está interesado en el estado de tu corazón», decía el título del sermón del domingo pasado que compartió el Profeta Chris durante las Sesiones de oración interactiva, La distancia no es una barrera. Chris tomó su lectura principal de Mateo 7, enfocándose en el primer versículo acerca de no juzgar a los demás para que no seamos juzgados; y en el séptimo y octavo versículo sobre pedir, buscar y llamar para recibir de Dios. «Las bendiciones de Jesús», dijo, «son para los que piden, los que buscan, los que llaman genuinamente». Como un eco de Jeremías 33: 3, el pasaje sobre invocar a Dios y así se nos será mostrado «cosas grandes y ocultas», el texto de prueba de Chris recuerda a los Cristianos de hoy en día sobre la esencia del Espíritu de Dios. Como dijo Chris: «Dios es Espíritu y aquellos que hablan con Él, se relacionan con Él, tienen comunión con Él, deben hacerlo en espíritu».
En consecuencia, agregó que la medida en que Dios escucha nuestra oración dependerá de cuánto nuestro corazón esté en sintonía con Su Espíritu. Por lo tanto, aconsejó a los espectadores que hagan de su corazón un punto digno de contacto con Dios, liberándolo de toda forma de ofensa e impurezas como la ira, la amargura, el resentimiento y el dolor del pasado. Enfatizando, Chris explicó que: «la libertad en la oración solo se puede obtener cuando hay una atmósfera de luz, unidad y armonía» y que: «sólo un corazón puro puede ayudar a una persona a apreciar la capacidad de Jesús para sanar, liberar, salvar, restaurar y redimir a los que Le invocan». De esa manera, Chris aconsejó que permitamos que nuestro corazón se sintonice con Dios al dejar ir la ofensa y meditar continuamente en la Palabra de Dios. Con este mensaje, Chris preparó la mente de los espectadores para las sesiones de oración.
Sesión 1
Cuando el Profeta Chris terminó su primera ministración de oración del día, el nombre de Dios fue nuevamente glorificado al ser expulsados todos los rastros de COVID-19 de los cuerpos de las personas que se habían conectado desde África y América del Sur.
Sindy había llamado desde Colombia, mientras que Roza, así como su hija y su sobrina, habían llamado desde Malawi. Desde Sudáfrica, el oficial de policía Samuel con su esposa y tres hijos también se habían conectado con el equipo de Emmanuel TV.
Todos creyeron que el poder inagotable de Dios nivelaría su montaña de COVID-19. Después de hacer oraciones de perdón con las familias, Chris invocó al Espíritu Santo en el poderoso nombre de Jesucristo. Mientras el fuego divino calentaba sus cuerpos, la gente cayó bajo la influencia del Espíritu Santo.
Samuel dijo que pudo sentir el calor en su pecho durante la oración, mientras su esposa dijo que su cuerpo temblaba. Ella saboreó una fruta y olió un perfume para comprobar su sanidad, al igual que Roza, quien dijo que se sintió liviana después de vomitar. Sindy dijo que su cuerpo también tembló durante la oración y que su respiración se había normalizado.
Chris profetizó a la vida de los espectadores: «Cada ciclo y maldición de pobreza en tu línea familiar, ¡se rompe, en el nombre de Jesucristo!».
Sesión 2
Además de sus síntomas de COVID-19 de dificultad para respirar e insomnio, Arturo también estaba atribulado por la artrosis y la escoliosis. Se sentó junto a su esposa Adiela, quien tenía dolores de cabeza, diarrea y dolor intestinal, entre otros efectos del COVID-19.
La pareja se había conectado desde Colombia. También, se comunicaron Magdalene y Didi con sus dos hijos. Magdalene, una tanzana que vive en Sudáfrica, dijo que tenía dolores de cabeza, picazón en la nariz, náuseas, dificultad para respirar, así como pérdida del sentido del olfato y el gusto.
Desde Zimbabwe, los ciudadanos mayores Olayinka y Ruth también se habían conectado. Además de COVID-19, Olayinka informó que tenía rigidez en el cuello, portando su collarín cervical como evidencia de su condición. De manera similar, Ruth, una miembro del parlamento, también se reportó con diabetes y asma junto con sus síntomas de COVID-19. «¡Vomita ese virus!», ordenó la Profetisa Yinka en el poderoso nombre de Jesucristo; e instantáneamente, la gente comenzó a toser el veneno en sus sistemas.
«¡Puedo verte siendo liberado!», declaró mientras le pedía a Olayinka que se quitara su collarín. Él saboreó una naranja, al igual que su esposa Ruth, quien glorificó el nombre de Dios por su sanidad. Arturo y Adiela también confirmaron su perfecta sanidad, al hacer cosas que no habían podido hacer.
«Ahora puedo respirar bien», testificó Magdalene junto a su esposo. Por los espectadores, Yinka oró: «Cualquier cadena, cualquier medio que satanás esté usando para conectarte con él, atraparte para él, arrastrarte hacia él, ¡sea roto, en el nombre de Jesucristo!».
Sesión 3
En la tercera sesión, la Profetisa Angela oró por Mercy y Melita de Sudáfrica y por Getrude en Zimbabwe.
Habiendo preparado el corazón de la gente para recibir de Dios, Angela oró fervientemente con ellas y les ordenó que vomitaran las sustancias venenosas en su sistema.
En la casa de Mercy, también se escuchó a un hombre, fuera de cámara, tosiendo las impurezas de su sistema.
Acatando el llamado de Angela, apareció en cámara para terminar de vomitar. Getrude dijo que sintió el impacto en su sistema, y luego roció un poco de perfume para demostrar que había recuperado el sentido del olfato. Por su parte, Mercy y Melita saborearon bananos, declarando que todos sus síntomas habían desaparecido.
De frente a los espectadores, Angela oró: «En este momento, oro por cada sistema afectado por ese virus mortal, ese COVID-19, ¡sea restaurado, en el nombre de Jesús!».
Sesión 4
En la cuarta sesión, se ofrecieron oraciones contra COVID-19 por Liseth de Perú, Hazel de Sudáfrica y Rose de Bélgica.
«¡Tú, enfermedad, sé expulsada!», ordenó la Profetisa Anne en el nombre de Jesucristo. Instantáneamente, el poder de Dios se activó en los hogares de las personas y comenzaron a reaccionar intensamente a las declaraciones, vomitando las sustancias venenosas en sus sistemas.
«Sentí la presencia del Espíritu Santo y mi cuerpo empezó a temblar», dijo Rose momentos antes de vomitar. Ella ejercitó su cuerpo para la gloria de Dios.
Hazel mordía comestibles para comprobar su sanidad, mientras que Liseth informó que sintió calor en todo el cuerpo mientras degustaba un poco de jugo.
Anne también oró por los espectadores: «¡Todo espíritu reteniéndote donde no perteneces, sea expulsado, en el poderoso nombre de Jesucristo!».
Anne también oró por los espectadores: «¡Todo espíritu reteniéndote donde no perteneces, sea expulsado, en el poderoso nombre de Jesucristo!».
Sesión 5
En sus respectivos hogares en Sudáfrica, Linda y Johana también recibieron oraciones por sus síntomas de COVID-19. Johana también tenía presión arterial alta y artritis en la rodilla derecha, por lo que utilizaba una rodillera.
En México, Raúl y su esposa Alma también pidieron oraciones por la aflicción de COVID-19 de él y el asma y presión arterial alta de ella. El Profeta Racine oró por su liberación del coronavirus, decretando que sus órganos fueran purgados en el poderoso nombre de Jesucristo.
«¡Vomítalo!» oró, mientras Johana comenzaba a toser y vomitar las sustancias impuras en su sistema. «Ahora examínense», le dijo a las personas. A esto Raúl respondió: «Me siento muy bien». Se volvió hacia Alma, quien dijo: «Yo también me siento bien».
En su propio rincón, Linda hizo movimientos corporales que no había podido hacer antes mientras disfrutaba de un limón. «¡Gracias, Señor Jesús!», expresaba al mover su mano. Johana se levantó del sofá y se quitó la rodillera mientras decía que había sentido calor en todo el cuerpo durante la oración.
«¡Sea removido todo manto de enfermedad en el nombre de Jesús! Por el poder del Espíritu Santo, esa enfermedad, ese COVID-19, esa enfermedad mortal, esa aflicción en tu cuerpo, en tus órganos, ¡sea removida, sea expulsada, en el nombre de Jesucristo!».
Los ministros de Dios también oraron por numerosos casos generales de todo el mundo. Al final de las sesiones, la sanidad, la liberación y la salvación se convirtieron en las porciones de todos los receptores de la oración.
En Malasia, Tijan fue sano de parálisis bilateral de las cuerdas vocales que le había causado fuertes dolores e incomodidades desde el 2006. Su esposo, Charles, también se curó de la sinusitis y un dolor lumbar.
En Zambia, Michael se quitó el collarín cervical después de haber sido sanado de rigidez en el cuello y la espalda. Su sangrado rectal y espasmos musculares también son cosas del pasado.
En México, terminaron 14 años de enfisema pulmonar para Socorro además de dolor artrítico en manos y rodillas.
En la República Democrática del Congo, Elise estalló de alegría al deshacerse de su problema de hernia discal después de 10 años. ¡Ya no necesita un corsé lumbar!
En Argentina, Valeria se liberó del terrible dolor de una fractura entre el cóccix y el sacro. Habiendo evitado una cirugía de alto riesgo, glorificó a Dios por librarla de problemas cardíacos y del sistema nervioso.
Una pareja mauriciana, Olivier y Amelia, recibió su liberación permanente de la adicción al alcohol y al tabaquismo. La maldición del desempleo y los problemas maritales también fueron removidos de sus cabezas, mientras que su pequeña hija fue liberada de un llanto interminable y el sufrimiento de comerse las uñas.
En Ecuador, después de 15 años de sufrimiento, Susana se curó de gastritis, sinusitis y rinitis. Además, ahora también es libre de alergia al frío y al polvo, ruidos en los oídos, problemas cervicales y oculares, así como estrés y pensamientos suicidas. Francés, de Sudáfrica, también fue sanada de cálculos biliares después de tres años de dolor insoportable.
En México, Pilar, de 17 años, finalmente fue libre del dolor de la gastritis que padecía desde los seis años. Ya no se preocupará más por las bacterias que siempre le habían provocado náuseas e incapacidad para comer.
En Estados Unidos, Crystal sintió la mano de Dios sobre su insuficiencia cardíaca congestiva y su asma; ya no necesitará un nebulizador para respirar. En Colombia, la depresiva Aura se había sentido enjaulada, angustiada y desesperada tras un problema del dolor crónico de cuello que provocaba dolores de cabeza, dificultad para caminar e insomnio.
Para la gloria de Dios, todos esos problemas están ahora en el pasado. En España, María y su hijo Jorge recibieron sanidad física y espiritual. Mientras María se curaba de sus problemas de tiroides y dolor lumbar y cervical, Jorge se separó de los demonios que habían estado atacando su cuerpo y su destino. Su autoestima ahora está restaurada en el nombre de Jesucristo, y no habrá más bloqueo espiritual sobre su vida y la de su madre.
En Filipinas, la enfermera Jenylyn se quitó el collarín cervical y el corsé lumbar después de curarse de la espondilosis cervical y lumbar. De manera similar, Reginah, en Botswana, se curó de una espondilosis lumbar de más de 10 años así como de depresión y sudoración excesiva.
Otros casos generales involucraron a personas de Ghana, Suecia, Estados Unidos, Perú, Filipinas, Rusia, Argentina, Brasil, Guatemala, Francia, Reino Unido, Perú, Sudáfrica, Mauricio, México, Austria y Colombia.
Sus casos iban desde aflicciones físicas como diarrea crónica, artritis, escoliosis, espondilosis, problemas pulmonares, quistes de ovario y anemia de células falciformes, hasta ataques espirituales y estancamiento.
En su breve mensaje para los socios, el Profeta Racine reiteró el llamado a meramente dar y cooperar con los demás, para promover no solo la obra de Dios, sino también el bienestar de los demás seres humanos.
Al instar a los socios a hacer una diferencia en la vida de otras personas en estos tiempos difíciles, señaló: «Cualquier cosa que hagas a través de Dios, Dios continuará hablando fuerza y valor en tus pruebas». Por lo tanto, recomendó a los socios que dieran voluntariamente y sin demora para reflejar el amor incondicional de Dios. Concluyó: «Todo lo haces que suceda para los demás, Dios hará que suceda para ti».