«La oración es la llave
La oración es la llave maestra
Jesús comenzó con oración
Y terminó con oración
La oración es la llave maestra»
.

Cantó el Profeta T.B. Joshua antes de dar su sermón el domingo pasado. Bajo el título «ORAR NO ES DECIR PALABRAS», el mensaje se centró en lo que se necesita para llamar la atención de Dios siempre durante la oración. Las referencias bíblicas para la prédica, incluyendo las que pueden ser leídas a conveniencia de los espectadores, eran Marcos 16:17, Juan 4:24, Romanos 6:16, Hechos 19: 11-16, Romanos 8: 26-27, 1 Corintios 12: 3, Mateo 10: 19-20, Juan 16: 12-13, 1 Corintios 2: 12-13, Juan 3: 30-34 y Juan 15: 7.

El Profeta T.B. Joshua comenzó describiendo la oración como «la llave maestra para desatar y atar»; lo cual no es meramente «decir palabras» o «hablar al espacio», dado que el grado de efectividad de nuestra oración se determina por la realidad de nuestra relación con Dios y Su Palabra. Dijo que «el actuar en la Palabra hace que Jesús sea vitalmente real para el creyente» y que la activación del poder de Dios, como se promete en las Escrituras, sería imposible para cualquiera que no actúe en la Palabra. Dicho en sus palabras: «Actuar en la Palabra es lo que edifica la fe en el creyente. No es solo leer la Biblia y memorizarla, lo cual es valioso, lo cual es bueno, sino también dejar que la Palabra que estamos leyendo se convierta en parte integral de nuestro ser».

Al abordar el rol del corazón en la oración y la adoración verdadera en Espíritu y verdad, el siervo de Dios identificó los tres tipos principales de espíritu en el mundo: el Espíritu de Dios, el espíritu de satanás y el espíritu humano. Luego, hizo la observación: «Somos agentes morales libres; podemos entregarnos al Espíritu de Dios o a los otros espíritus. Cualquiera que decidamos obedecer, ese es de quien somos siervos» (Romanos 6:16). También señaló que no orar a Dios en el espíritu conducirá a actuar en base a nuestras emociones e intelecto, es decir, «lo que leemos, lo que vemos, lo que escuchamos, cómo nos sentimos y cómo vemos nuestras circunstancias».

Aunque el hombre de Dios admitió que el no adorar a Dios en el espíritu podría no evitar que la gente predique de manera impactante y cite las Escrituras sin esfuerzo, dijo que no habría el poder, la autoridad o la legitimidad correspondientes detrás de tales esfuerzos, como fue el caso de los siete hijos de Esceva (Hechos 19: 11-16). Respecto a cómo orar en espíritu y en verdad, dijo: «Oramos en espíritu y en verdad cuando cada propósito y pasión de nuestro corazón, así como cada acto de nuestra adoración; cantar, danzar, aconsejar, predicar, enseñar, ofrecer, orar; está guiado y regulado por la Palabra de Dios».

Por lo tanto, aconsejó a los espectadores a «reverenciar a nuestro Jefe espiritual, Jesús, en nuestra oración, en nuestra adoración, en todo lo que hacemos» y que permitieran que el Espíritu de Dios nos enseñe no solo cómo orar, sino también qué pedir (Romanos 8 : 26-27). El hombre de Dios reiteró que la oración no es simplemente decir palabras, sino que «el Espíritu de Dios es la Palabra en nuestros labios», así como la Fuente de nuestra reconciliación con el Padre para la renovación de nuestra vida a través de las virtudes de la fidelidad, la obediencia, bondad y humildad, incluso en tiempos difíciles. «Él es la Palabra en nuestros labios: ¡Jesús!». dijo el Profeta T.B. Joshua.

Habiendo comenzado el sermón con un canto en actitud de oración, el Profeta T.B. Joshua terminó apropiadamente con una oración: «¡Oh Espíritu Santo, piensa a través de nosotros hasta que Tus ideas se conviertan en nuestras ideas, en el nombre de Jesús! ¡Actúa en nosotros, oh Espíritu Santo, para que nuestro obrar sea santo! Atrae nuestro corazón para que amemos lo que es santo, ¡en el nombre de Jesucristo!. ¡Fortalécenos para que podamos defender lo santo, en el nombre de Jesucristo! ¡Amén! Guíanos para que permanezcamos santos. ¡En el nombre de Jesucristo oramos! ¡Amén!»

Y LA LLUVIA DE ORACIONES CAYÓ SOBRE EL MUNDO

Profeta T.B. Joshua luego oró por los espectadores, asegurándoles que las declaraciones proféticas sobre su salud, relaciones y finanzas no estaban restringidas por el tiempo. Comenzó reconociendo los desafíos diarios en la vida de los humanos: «Entramos en este día con sus desafíos. Entramos en este día con sus problemas. ¡Dirígenos, en el nombre de Jesucristo! ¡Protégenos, Señor, en el nombre de Jesucristo! ¡Susténtanos, Señor, en el nombre de Jesucristo!»

Luego, oró contra toda aflicción física en la vida de los hijos de Dios: «Cualquier dolor extraño en tu sistema, en tus órganos, en tus órganos internos, en tu cuerpo, cualquier dolor extraño, ¡que cese, en el nombre de Jesucristo! Cualquier dolor extraño en tu sistema, cualquier dolor extraño en tus órganos internos, en tus órganos, cualquier dolor extraño en tu cuerpo, ¡que cese, en el nombre de Jesucristo!».

¡Ordeno a ese dolor ahora mismo que se vaya! ¡Vete, en el nombre de Jesucristo! ¡Señor Jesucristo, toca sus cuerpos! ¡Toca su sistema! ¡Toca sus órganos internos! ¡En el nombre de Jesucristo oramos! Señor Jesús, tócalos con tu poder sanador. ¡Tócalos con Tu poder sanador, en el nombre de Jesucristo! ¡Amén!».

El hombre de Dios también expulsó a todos los demonios responsables de la esclavitud espiritual y la enfermedad en la vida de la gente: «Cada obstáculo que te detiene, ¡te suelto, en el nombre de Jesucristo! Cada obstáculo que te detiene en el Este, Sur, Oeste, Norte, cada obstáculo en tu negocio, cada obstáculo en tu carrera, cada obstáculo, ¡sea soltado, en el nombre de Jesucristo! Cada obstáculo que te detiene en tu negocio, cada obstáculo que te detiene en tu familia, cada obstáculo en tus finanzas, cada obstáculo en tu carrera, ¡sea soltado, en el nombre de Jesucristo! ¡Amén!

¡Por la misericordia de Dios, puedo verte libre de la prisión del fracaso, de la prisión del fracaso profesional, de la prisión del retroceso, de la prisión de la enfermedad letal, la enfermedad que produce muerte, COVID-19, aflicción! Puedo verte libre de su prisión, ¡en el nombre de Jesucristo!».

Finalmente declaró: «Ruego al Señor que te llene con Su fidelidad. ¡Ruego al Señor que te llene de Su bondad, obediencia; una nueva dirección, un nuevo enfoque, una nuevo camino, en el nombre de Jesucristo!».

PRESENTACIÓN TEATRAL SOBRE «ORANDO ORACIÓN»

En una emocionante dramatización para dar introducción al mensaje, el equipo de Emmanuel TV cómicamente demostró el desafío de muchos creyentes que les impide avanzar en sus vidas espirituales. Esto se debe a que muchas veces nuestras oraciones solo entretienen a los hombres, pero no llegan a Dios. El drama terminó con una estimulante palabra de sabiduría del Profeta T.B. Joshua: El poder de Dios no viene al decir palabras, sino orando oración.

EXHORTACIÓN SOBRE LA AFILIACIÓN

En su mensaje sobre asociación, el Profeta Racine se detuvo en el tema de la siembra y la cosecha, especialmente en el contexto del evangelismo y la caridad divinamente ordenada. A la luz de la noción errónea de que la ofrenda evangelística no necesita ser recompensada divinamente, Racine afirmó que la ley de la siembra y la cosecha es inmutable, habiendo sido establecida por Dios desde el principio. Dijo: «En el principio, Dios estableció una ley que nunca cambiará», y agregó que «mientras la tierra permanezca, la ley de Dios de la siembra y la cosecha no terminará».

Citó Escrituras como Génesis 8:22, 1 Corintios 3: 6-8, Lucas 6:38 y 1 Reyes 17: 11-16 de algunos de los casos en que la ley de la siembra y la cosecha no solo cambió vidas individuales, sino que finalmente impactó los destinos de sociedades enteras de manera positiva. Según Racine, sembrar en el Reino de Dios y en la vida de los demás es un camino garantizado hacia la plenitud personal y paz en el Creador. Dicho en sus palabras: «Hay un mandato, dado por Dios en el interior de cada persona, de llegar a ser más y multiplicarse. Para conocer una vida feliz, próspera y exitosa, debemos aprender a sembrar. Cuando damos a los demás, a los necesitados y al Reino de Dios, estamos sembrando semillas».

Racine también señaló que el propio deber del cristiano es sembrar, mientras que el deber de Dios es convertir las semillas sembradas en una abundante cosecha de gozo, paz mental y aumento de las finanzas, etc., ya que es la voluntad inmutable de Dios que el Cristiano coseche en múltiplos increíbles. Sin embargo, Racine también enfatizó la necesidad de sembrar semillas de calidad para que nuestra porción sea de alto rendimiento. Por lo tanto, observó, «Nuestra incapacidad de reconocer lo que Dios nos ha dado para sembrar es realmente el responsable de la vida fallida que muchos están experimentando hoy».

Por lo tanto, Racine aconsejó a los Cristianos que permanezcan preocupados por las necesidades de los demás, independientemente de las circunstancias actuales, teniendo en cuenta que Dios es la Fuente de todo lo que tenemos. También instó a los Cristianos a amar por la causa de Dios y ser amados, a ayudar por la causa de Dios y ser ayudados, a ser amables y recibir amabilidad, y a ser misericordiosos y recibir misericordia. Luego concluyó: «El llorar no debe obstaculizar la siembra. Cuando entendemos el principio de Dios de la siembra y la cosecha, el dar se volverá tan natural como respirar. La semilla que sembramos ayer produjo la cosecha que estamos recogiendo ahora. La semilla que siembres hoy puede crear el futuro que Dios te ha prometido».

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