Demostrando una vez más que la distancia no es una barrera para el poder sanador, liberador y salvador del Señor Jesucristo, el Coro de La SCOAN clamó la presencia del Espíritu Santo durante la transmisión dominical en vivo desde los estudios de Emmanuel TV en Lagos, Nigeria.

Iniciaron con «Localizame Señor en Tu Misericordia», una canción compuesta por el Profeta T.B. Joshua para honrar a Dios por siempre revelarse en las vidas de Sus hijos.

«No me olvides cuando sanes, no me dejes fuera cuando liberes», acompañadas de las letras conmovedoras, en una nota adicional de gratitud, los coristas declararon que «Nada más puede hacerme feliz» y «El gozo es fruto de la fe».
Para dar apertura a las «Sesiones de Oración Interactiva – La Distancia no es una barrera» Sesiones de oración interactiva, la profetisa Angela dió un breve mensaje titulado;
«¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?»

Narró brevemente la experiencia de un espectador que había bloqueado la línea de oración de Emmanuel TV poco después de recibir la oración sobre su infección por COVID-19. Según el espectador, había temido que estuviera tratando con estafadores. Sin embargo, una vez que se dio cuenta de que sus síntomas se habían desvanecido, desbloqueó el número y compartió su testimonio para alabar el nombre de Dios. A esto Angela dijo: «Esto nos dice que la evidencia de La Sinagoga, Iglesia de Todas Las Naciones es el resultado del nombre de Jesús». En el mensaje, Angela se refirió al Salmo 139, versículos 1-4 y 7-8 enfatisando la omnipresencia de Dios, así como a Mateo 8 para ilustrar lo que un creyente puede lograr mostrando una fe implícita en la Divinidad, dado que Jesús sanó al siervo del Centurión a distancia. Como tal, aconsejó a los Cristianos acercarse a Dios en una actitud de arrepentimiento, sumisión y perdón a sus semejantes. «Dos pecados no conducen a la justicia», señaló Angela, y «El perdón no se basa en la magnitud del pecado sino en la magnitud del amor del Perdonador». Mientras se preparaba para orar por los espectadores, dijo: «Ahora mismo, libera tu corazón y ven a un lugar de arrepentimiento».
MOMENTOS DE LAS SESIONES DE ORACIÓN
A medida que las sesiones de oración interactiva continúan, la presencia de Dios continúa brillando. El domingo, los ministros de SCOAN oraron con individuos y familias de más de 30 países diferentes a través de los continentes, incluyendo: Fiji, Islas Feroe, México, Guatemala, Samoa Americana, Canadá, Indonesia, Malasia, Sudáfrica, Ghana, Zambia, Australia, Perú, Kenia, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, Bélgica, Rumania, Namibia, Chile, Suecia, Francia, EE.UU., Colombia, Malawi, Japón, Corea del Sur, Filipinas y Alemania. Hubo manifestaciones instantáneas del poder de Dios, cuando las personas recibieron sanación, liberación y salvación en el poderoso nombre de Jesucristo. Las sesiones de oración provocaron diferentes reacciones físicas al poder del Espíritu Santo, con muchos cayendo de rodillas y vomitando sustancias venenosas mientras que otros se estrellaban incontrolablemente en el suelo cuando los espíritus contrarios dejaban libres sus cuerpos.

Además de la sanidad de los casos de COVID-19, que ha sido la fuente de ansiedad para el mundo en los últimos meses, varios receptores de la oración fueron liberados de enfermedades de tiempo atrás tales como el asma, la apnea del sueño y otras. Antes y después de ofrecer las oraciones, los ministros se aseguraron de hacer un lugar para el perdón, la fe y una vida piadosa para todos. Para la gloria de Dios, todos estos casos se destacan brevemente en este artículo.
Primera Sesión




En la primera sesión, la Profetisa Ángela oró por Carlos, de Colombia, que tenía síntomas de COVID-19 y problemas de fertilidad a pesar de todos los esfuerzos médicos. Durante las oraciones, el Espíritu de Dios fluyó a través de él y sacudió todos sus síntomas. Angela también oró por la pareja Sabrina y Andrea Luis, que llamaron desde Brasil. Estaban afligidos por el COVID-19. Sus hijos también recibieron oración por los signos de Coronavirus, tales como dolores de cabeza, dolor corporal y diarrea. Durante la sesión, Sipokazi, de Sudáfrica, vomitó sustancias venenosas, expulsando así todos los rastros de COVID-19 de su sistema. Finalmente, Jeffrey, así como su esposa Lucy y su hija Lesego, igualmente vomitaron sustancias venenosas de COVID-19. También habían llamado desde Sudáfrica.
Segunda Sesión




El Profeta Racine se hizo cargo de la segunda sesión. Oró por Cristian, de Perú, que había recibido su tercer resultado positivo de la prueba del COVID-19 el 18 de julio de 2020. Cristian cayó bajo el poder del Espíritu Santo y vomitó el veneno en su sistema. Elizabeth de Sudáfrica, una enfermera que había contraído COVID-19 en el curso de su trabajo, gritó y rodó pr el suelo cuando el Maestro Sanador empezo a obrar en sus órganos. También se oró por Eduardo, de Kenia. Todos sus síntomas de COVID-19 desaparecieron después de la sesión. Y al final, estuvieron Jean, así como con su esposa y su pequeña hija. Jean, un congoleño positivo al Coronavirus residiendo en Canadá, vomitó el veneno en su sistema. Y a su vez su esposa también recibió la sanidad de esta enfermedad.
Tercera Sesión
En la tercera sesión, la Profetisa Anne oró por Marie, residente en Bélgica, así como por sus cinco hijos y su hermano, todos ellos con síntomas de COVID-19. Después de las oraciones, los signos de alivio eran visibles en sus rostros. También oró por Samuel de Sudáfrica, así como por Brenda, su esposa camerunesa, había desarrollado síntomas de COVID-19 mientras lo cuidaba. La pareja vomitó las sustancias venenosas de su sistema. Eva, de Suecia, también se sanó de COVID-19. Por primera vez desde que estuvo confinada en su casa durante los últimos dos meses, Eva fue capaz de probar y oler de nuevo



Cuarta Sesión




Cuando el Profeta Chris terminó de declarar el poderoso nombre de Jesucristo sobre aquellos que habían llamado desde tres continentes, quedo claro una vez más que el poder de Dios no conoce límites.Tsepiso se había conectado desde Sudáfrica flanqueado por su esposa Phola, médico, y sus tres hijos. Tsepiso vomitó todos los vestigios de COVID-19 en su sistema. Después, se sirvió un poco de jugo a su gusto. «Sentí calor durante la oración», mencionó. Abrazando a su hija intensamente,Teclaire de Francia no pudo ocultar su emoción después de que ambos recibieran oraciones por los síntomas del coronavirus. Antes de las oraciones, ella había mostrado sus resultados de rayos X mostrando sus tejidos pulmonares desgarrados.En su propio caso, Romel, de Honduras, tenía COVID-19 y un quiste en el hígado. Después de las oraciones, dejó de tener palpitaciones cardíacas y vibraciones corporales. Elizabeth se conectó desde Sudáfrica por los síntomas de COVID-19. Durante las oraciones, siguió tosiendo y temblando en todo su cuerpo.Todos los participantes por los que orarón agradecieron a Dios por haberlos sanado.
Quinta Sesión




En la quinta sesión, la Profetisa Yinka oró por Julie, una camerunesa residiendo en los Estados Unidos.Julie tenía síntomas de COVID-19 tales como opresión en el pecho, dolor de espalda, palpitaciones y bloqueo de mucosidad. Mientras oraba, Julie se tambaleaben sus pies y finalmente vomitó el veneno en su sistema. Kenny, de Colombia, también tenía síntomas de COVID-19 y vomitó durante las oraciones.Para demostrar que había recuperado sus sentidos del gusto y el olfato, tomó una mandarina y bebió un poco de jugo de zanahoria.Rafael, de Malawi, también vomitó todos los rastros de COVID-19 de su sistema. De manera similar, Matthew, de Sudáfrica, recibió su perfecta sanidad del COVID-19. Había estado aislado en casa después de un período de dos semanas en la unidad de cuidados intensivos. Ya no necesitaba su máquina de oxígeno, declaro «¡Gracias, Jesús, por sanarme!».
Sexta Sesión
En la sexta sesión, la Profetisa Angela oró por las personas que se habían conectado desde Alemania, Bélgica, Chile, Perú y Filipinas. Durante 16 años, Angela, de Bélgica, tuvo dolor lumbar debido a la artritis de la espalda; también tenía hipertensión. Su hija de siete años, Leila, tenía regularmente crisis de bronquitis. «Me gustaría que Dios me quitara la bronquitis», pidió Leila. Y Dios concedió su petición. Después de las oraciones, Angela se quitó el corsé lumbar y ejercitó su cuerpo. La Profetisa Angela también oró por María, venezolana residiendo en Chilequien tenía un espíritu de depresión; Sandra, colombiana viviendo en Chile y quien tenía espíritus de lujuria, tristeza y orgullo; y Ángela, una colombiana residente en Chile que sufría pensamientos suicidas y carecía de un profundo afecto por sus hijos.




Yesenia, de Perú, tenía desviación de la columna vertebral y hernias discales. Siempre tenía contracciones musculares que le causaban rigidez en el cuello y los hombros, además de inflamación crónica de la garganta, incontinencia urinaria, miopía y astigmatismo. Después de las oraciones, se quitó el collarín del cuello y exclamó emocionada por su sanidad. Desde Filipinas, Shyrell llamó por un problema cervical de dolor en el cuello, los hombros, la espalda, los brazos y los dedos. Durante cuatro años, soportó el dolor en lugar de someterse a una arriesgada cirugía. La madre de Shyrell tenía una úlcera de estómago y dolores en la espalda y las rodillas, mientras que su hermano tenía adicción al alcohol y al tabaco, así como dolores en las rodillas debido a un accidente. La sobrina de Shyrell tenía irritación de la garganta, tos seca y pérdida de apetito. Durante las oraciones, dijo Shyrell, sintió que su corazón latía rápidamente y una sensación eléctrica recorría sus manos.
Séptima Sesión




El Profeta Chris dirigió el séptimo período de sesiones, en el que oró por Yongo, un sudanés del sur residente en Australia y que padecía dolor de rodilla y cadera desde que sufrió un accidente de bicicleta en el año 1999; así como por Mirleydis, de Colombia, que tenía visión borrosa, pérdida de memoria y dolor de rodilla. También tenía pesadillas y adicción a morderse las uñas. También participó en la sesión Virginia, filipina residente en Japón quien buscaba liberación para su familia, especialmente para su tercer hijo que no quería ir a la escuela debido a la adicción a Internet. Después de las oraciones, reclamó la libertad para sus hijos. «Me siento muy ligera; mi dolor de espalda se ha ido», testificó. El Profeta Chris también oró por Yeon, de Corea del Sur, que tenía dificultades para caminar debido a la artritis degenerativa de las rodillas, asi como hemorroides y depresión. Aunque se había acostado de espaldas durante las oraciones, recibió fuerzas para quitarse los aparatos, levantarse de la cama y caminar por la habitación. Por último, Nomazuko, de Sudáfrica, recibió sanidad del dolor en su pie derecho. Posteriormente subió las escaleras sin dolor y se paseó por el recinto, habiendose ya desprendido de la bota ortopédica.
Octava Sesión




La Profetisa Anne oró por Dicky y Hanna de Indonesia. Debido a la gastritis, el estómago de Dicky siempre fue el motivo de su malestar. También temía contraer cáncer o morir de un ataque al corazón. Más aún, teníaun bajo conteo de espermatozoides, por su parte, Hanna tenía un problema de hígado y sus ovarios no eran lo suficientemente grandes. En los siete años de matrimonio la pareja no había podido tener un hijo. Durante las oraciones, el rostro de Dicky se movió con incomodidad y golpeó rápidamente en su vientre, su cuerpo se contorsionó en el suelo. Luego vomitó el veneno de su sistema y después de ello confirmó su sanidad. Marc, de Francia, también recibió oraciones por su problema de apnea del sueño sufrido desde la infancia.Después de la oración, respiró profundo y se sanó. También estaba Flora, de Malasia, que tenía una piedra en la vejiga, un quiste hepático, hepatitis B, hipertensión e insomnio, así como Harun, un sudanés del sur residente en Samoa Americana y que tenía dolor en la pierna y una sensación de ardor en el estómago durante 15 años.
Novena Sesión





La Profetisa Yinka oró por Cynthia, de Ghana, que tenía dificultadad al caminar y usaba una bota ortopédica y un bastón; también por Kirstin, de Islas Feroe, que tenía insuficiencia de enzimas pancreáticas y había sufrido cinco abortos; así como Luis, de Costa Rica, que tenía espíritu de hombre y adicción a la pornografía; aemás de Thomas, de Fiji, que tenía espíritu de hombre y adicción a la marihuana, los cigarrillos y el alcohol; y finalmente Alfredo, de México, quien sufría deficiencia de oxígeno y se cansaba fácilmente al caminar o hablar.
Décima Sesión




El Profeta Chris también oró por Karla, de Honduras, una cirujana dental que padecia de hernias discales cervicales, migrañas y un problema de columna vertebral durante 20 años, así como un problema en el cuello sufrido durante 10 años. Usaba un collarín, un cabestrillo para el brazo, un corsé lumbar y un cojín especial para el soporte del sacro. Después de la oración se quitó todos los soportes, diciendo: «Sentí algo extraño dentro de mí; no puedo explicarlo». Caminó y bailó por la habitación para mostrar su perfecta sanidad. Igualmente oró por Agnes, de Zambia, quien sufría artritis reumatoide desde el 2009; Joseph, un sudanés del sur viviendo en Australia y que padecía de asma crónica y no podía socializar debido a su dolencia. Durante las oraciones, respiraba con dificultad y se agarró el estómago antes de caer al suelo, retorciéndose y rodando como si tuviera dolor. También vomitó. «Sentí como si algo saliera de mis entrañas. Sentí como si algo me tocara fuerte en la espalda», le dijo a Chris. Finalmente, Chris oró por Jimena, Breida y Rosa de Perú. Jimena tenía dificultad para respirar, dolor de pecho y reflujo ácido debido a la faringitis. Breida tenía alergias que le causaban dolor al respirar y en el pecho. Rosa tenía asma y herpes en el pecho debido al estrés. Y finalmente todos esos problemas se inclinaron ante el poder de la Sangre de Jesucristo.
Undécima Sesión
En la última sesión, el Profeta Racine oró por Charmain, de Namibia, quien tenía hernia de hiato. «Mis manos temblaban y experimenté calor en mi cuerpo», dijo sobre cómo se había sentido durante las oraciones. Racine también oró por Larisa, de Rumania, que tenía ataques de pánico y depresión. Larisa también tenía problemas de vista, como efecto secundario de sus medicamentos, así como constantes infecciones del tracto urinario. «Tengo ganas de llorar por la felicidad. Mi cuerpo temblaba y no podía controlarlo», dijo sobre las oraciones. «Siento calor en mis manos. Siento mucha paz dentro de mí», añadió. Andrés y Viviana, una pareja colombiana viviendo en Chile, también recibieron oraciones. Andrés tenía problemas de lujuria, orgullo, mal genio y problemas maritales, además de tener sueños eróticos. Viviana había tenido dos abortos y los médicos dijeron que no podía tener hijos. A los 17 años una bruja supuestamente había cerrado su vientre. También tenía problemas de lujuria y soñaba con la infidelidad matrimonial, además de sufris adicción a la pornografía y la masturbación. Durante las oraciones, la pareja cayó al suelo y más tarde dijeron que una fuerza los había vencido.





El Profeta Racine también oró por Magaly, de Guatemala, quien tenía hernia de disco lumbar, tensión muscular por la fuga de líquido de la rodilla y el desgarro de la ingle. Después de las oraciones, se quitó el corsé lumbar y la faja, moviéndose y caminando sin dolor. «¡Gracias, Jesús! Soy libre por el poder de Jesús!» exclamó. Finalmente, Nathaniel, de Ghana, un oficial de investigación de la salud nacido con anemia de células falciformes, también se sanó del dolor de cadera. «Durante la oración mi cuerpo vibraba como si hubiera una descarga eléctrica. Ahora estoy bien», dijo mientras ejercitaba las caderas y sus extremidades moviendose con unas pocas sentadillas. A la luz de tan abrumadora evidencia, vale la pena preguntar de nuevo: ¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? ¡Absolutamente nada!
MENSAJE PARA SOCIOS
El Profeta Racine comenzó su mensaje para los socios, con un sabio dicho: «Cuando nos montemos en un caballo, siempre debemos recordar a aquellos que no pueden ni siquiera tener la oportunidad de montar en un burro». Luego siguió: «Los privilegiados deben recordar a los menos privilegiados, porque es un raro privilegio estar en posición de dar». Habiendo dado tales palabras que perforan la conciencia, Racine leyó Santiago 1:17 «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación». En esa nota, exhortó a los espectadores a darse cuenta de que siempre están en posición de ofrecer de ayuda a los demás, no importa cuán pequeña sea. Racine dijo, «Cualquiera que sea tu don, es lo que el Señor usará para bendecir a otros a través de ti. No importa cuán pequeño sea, puedes compartir tu don con otros en necesidad.

El fuerte debe fortalecer al débil como parte esencial, con lo más importante».El mensaje de Racine no podría haber llegado en un mejor momento, con los medios de vida de millones de personas de todo el mundo que se han perdido debido al confinamiento por el COVID-19. No hay mejor momento que este, recordó Racine a los espectadores, para ayudar a aminorar el dolor de los demás. Luego se hizo eco del incansable llamado del Profeta T.B. Joshua: «Cuando el dolor de los demás se convierta en tu dolor, cuando sientas lo que los demás sienten, cuando la herida de los demás se convierta en tu herida, cuando el llanto o la alegría de los demás se conviertan en los tuyos; sólo entonces empezarás a tener éxito en tu vida».