Las palabras de aliento del Profeta T.B. Joshua a los espectadores, en torno a que la distancia no es una barrera para recibir, fueron claramente demostradas cuando personas de diversos países recibieron el toque sanador de Dios durante las Sesiones de Oración Interactivas – La distancia no es una barrera.

La Profetisa Yinka comenzó a describir las sesiones de oración interactivas como una evidencia del poder transformador de Jesucristo, que cambia el destino de las personas; de la enfermedad a la salud, de la debilidad a la fortaleza, del cautiverio a la libertad, de la infidelidad a la fidelidad y de la pobreza a la prosperidad, entre otras. Después de alentar a los espectadores a preparar sus mentes para la impartición del Espíritu Santo, tomó su texto de referencia de Génesis 1, leyendo los versículos 1-3 y 26, el versículo acerca de la creación de la humanidad a imagen de Dios, y continuó con su mensaje titulado: «El éxito comienza en el corazón».
La mujer de Dios explicó que es necesario mantener el corazón activo, alerta y libre para que pueda fácilmente contactarse con el Espíritu de Dios quien valora el amor, el perdón, la paciencia, la humildad y la obediencia entre otras virtudes. También afirmó que, «donde el mundo y sus habitantes se encuentran hoy, es el resultado de la falta de amor genuino y un corazón genuino». Dado que «Dios mide nuestras vidas con base en nuestro amor por Él y por nuestro prójimo» (1 Corintios 13:13), ella inquietaba aún la conciencia de los espectadores: «Si no amamos a nuestro hermano a quien hemos visto, entonces, ¿cómo podemos amar a Dios a quien no podemos ver?». Por tanto, la Profetisa Yinka instó a los cristianos a ejercer siempre la fe en Dios quien es omnisciente, omnipresente y omnipotente.
EL PODER QUE NO CONOCE BARRERAS
Las sesiones de oración interactivas fueron otra oportunidad para que muchos en todo el mundo experimentaran directamente el poder sanador, liberador y salvador en el poderoso nombre de Jesucristo. Los ministros de Dios oraron, no solo por los casos de COVID-19, sino también por otras formas de aflicción en la vida de las personas, tales como, ataques espirituales que frustran los destinos y condiciones físicas debilitantes que causan el estancamiento social y económico. Ya sea que tuviesen COVID-19 u otros problemas, la gente reaccionó instantáneamente y de diferentes maneras a la sombra del Espíritu Santo mientras obraba en sus casos.
Mientras que muchos vomitaban y sentían calor por todo el cuerpo, otros parecían aturdidos durante las oraciones, y finalmente se daban cuenta de que sus síntomas crónicos habían desaparecido. De inmediato, al dar sus testimonios en español, inglés, francés, portugués, indonesio, ruso y otros idiomas, la alegría en sus rostros era claramente evidente. Aún más importante, los ministros de Dios, no solo ofrecieron oraciones de perdón con los receptores de la oración, sino que también les aconsejaron que mantuvieran su salvación en Cristo Jesús.
Casos de COVID-19
Entre los síntomas de COVID-19, que desaparecieron después de la sesión de oración, se encontraban dolor o sequedad de garganta, nariz congestionada, dolores de cabeza, dolor de pecho, dolor de espalda, dolor de estómago, resfriado, fiebre, dificultad para respirar, pérdida del sueño, pérdida del olfato y del gusto, sudoración excesiva, debilidad del cuerpo, dolor en la columna, dolor en las articulaciones y tos.
En la primera sesión, la Profetisa Yinka oró por Zimasa y su esposa Nontando en Sudáfrica, así como por Joyce en Zimbabwe, y Bertrand y su familia en Sudáfrica. Zimasa habló sobre cómo se había sentido durante las oraciones: «Pude sentir el poder de Jesús dentro de mí mientras los síntomas de COVID-19 iban desapareciendo». Bertrand afirmó, después de beber de una botella de jugo de frutas para confirmar la recuperación de su sentido del gusto, «Cuando el Hijo de Dios te libera, eres verdaderamente libre».

Al final de la segunda sesión, que fue dirigida por el Profeta Racine, Hana, en Indonesia, se tocó confiadamente el pecho en la cama del hospital, y afirmó: «¡No hay más coronavirus en mi cuerpo porque he sido sanada por Jesús!». Los otros receptores de la oración en la sesión fueron: Noleen y Lucas en Sudáfrica y la maestra de preescolar, Luiza, en la Guayana Francesa.

En la tercera sesión, una familia salvadoreña, que vive en los EE. UU., también se encontró con el poder de Dios actuando sobre sus síntomas de COVID-19. Los miembros de la familia eran: Santos (padre), Mirtila (madre), Bryan y Javier (hijos) y Glenda (hija). Las otras personas en la sesión fueron: Benedicte, trabajador de la salud en Swazilandia, Cecil y su esposa, Boitumelo, en Sudáfrica, así como Olasunkanmi, un joven nigeriano que vive en Polonia. Toda la gente reaccionó poderosamente a las oraciones ofrecidas por la Profetisa Ángela en el poderoso nombre de Jesucristo.

La Profetisa Anne dirigió la cuarta sesión, durante la cual oró por Adriana y su esposo Jaime, ambos colombianos residentes en España; Maggie y su esposo, Eric, así como su hija, Jessica, en Sudáfrica; Eddy con su esposa e hija en Estados Unidos; y Wilhemine y su sobrino Vilho, en Namibia. Todos tenían algo específico que decir sobre lo que les sucedió durante las oraciones. Por ejemplo, Jessica dijo que su estómago ya no se sentía hinchado y Maggie movió el brazo alrededor de su cuerpo para comprobar la desaparición de uno de sus propios síntomas de COVID-19.

En la quinta sesión, el Profeta Chris oró por Alexis en Chile, así como por su esposa, Marjorie, y sus tres hijos. También oró por Rethabile en Sudáfrica, Jacqualine con su familia (Kelsey su hija y Papega su esposo) en Botsawana, y Thsimangadzo con su bebé en Sudáfrica. Además de sus síntomas de COVID-19, también recibieron sanidad de otros problemas como asma, hipertensión, problemas de la próstata, cólicos menstruales y disfunción uterina, etc.

CASOS GENERALES
La mano de Dios también cayó sobre el pueblo durante las sesiones de oración para casos generales. Los casos involucraron a personas de partes remotas del mundo como Hong Kong, Zambia, EE. UU., China, Kazajstán, Ghana, Nueva Zelanda, Surinam, Francia, Indonesia, Jamaica, Ucrania, Chile, Angola y Nicaragua, entre muchos otros países.
En Hong Kong, el pastor Lam pidió por sanidad de problemas cardíacos, pulmonares y cerebrales; mientras que su esposa buscaba ser sana de estreñimiento crónico debido a un cáncer latente. Gertrude, de Zambia, tenía una fractura de tobillo y múltiples cálculos biliares que le habían hecho la vida miserable; mientras que Willy en los Estados Unidos se quejaba de dolor en la columna debido a una protusión de disco. En Kenia, Betty buscó ser sanada de la osteoartritis de las rodillas; mientras Kandeh, un hombre de Sierra Leona en China, oraba para ser curado de rigidez pélvica. También estaba Hidat, un eritreo residente en los EE. UU., que había tenido asma durante 20 años; así como Sergey, un kazajo residente en Corea del Sur, que había estado postrado en cama debido a una fractura de cadera. Después de las oraciones con la Profetisa Yinka, la gente testificó sobre su sanidad una tras otra. ¡Emanuel!!

El Profeta Racine oró a favor de la familia kazaja de Farida y Algerin por problemas de depresión, pesadillas y adicción al tabaquismo. También oró por Mohammed, en Ghana, que estaba usando un corsé lumbar debido a la espondilosis; Josephine, en Nueva Zelanda, que tuvo un problema cardíaco durante 29 años; Andrés, un cubano residente en Surinam, que había sido adicto a las drogas durante tres años; Marie, en Francia, que padecía osteoartritis y ciática desde 2014; Hot, en Indonesia, con tendencias suicidas por una afección pulmonar que le causaba graves dificultades para respirar; Layanda, en Jamaica, que tenía problemas de tiroides; Pally, en la India, que tenía sinusitis, problemas de garganta y espalda, así como espíritu de la lujuria; y Nataliya, en Ucrania, que tenía distrofia muscular.

El Profeta Chris oró por personas y familias en Chile, Hong Kong, México, Angola, Sudáfrica, Italia y Nicaragua. Herma, una colombiana, tenía escoliosis, hipertensión y dolor severo de cadera, mientras que su esposo, Gabriel, tenía diabetes y dolor corporal. Raymundo en México era adicto al alcohol y tenía dolor de estómago, espalda y rodillas; mientras que Wan Tim, de Hong Kong, tenía estreñimiento severo. Irene, una marfileña situada en Italia, tenía espondilosis lumbar; mientras que el profesor universitario, Augusto, en Angola, estaba avergonzado por su tartamudez severa.
También estaba el joven Kgopotso, en Sudáfrica, que no podía caminar sin un aparato ortopédico y muletas, así como su compañero sudafricano, Douglas, con su esposa e hija que tenían problemas tales como: neumonía, bronquitis, diabetes e hipertensión. En Nicaragua, Martha informó de problemas con los riñones y el corazón.

La Profetisa Ana oró por los siguientes casos generales:

Ana en Moldavia: dolor de espalda y piernas debido a una hernia discal
Conrrado en México: neumonía severa debido a pulmones contraídos
José, Joel y Sury en México: dolor de pecho, pulmón y estómago (Joel), problemas de próstata (José) y restauración de la familia (Sury).
Carmen en México: hemorroides causando dolor de espalda y dolores de cabeza.
Elis, Gonzalo y Uriel en México: neumonía (Elis, madre), neumonía y dolor de espalda (Gonzalo, padre) y dolor de espalda así como dificultad para respirar (Uriel, hijo).
Barbara en México: neumonía, dolor de huesos, vómitos, tos.
Evelyn, dominicana en Holanda: problema de columna por 10 años.
Veronica en Sudáfrica: espondilosis lumbar y prolapso de múltiples discos.
La Profetisa Angela oró por los siguientes casos generales:

Rowena y sus niños en Corea del Sur: depresión, debilidad corporal y alergias.
Ella en Tayikistán: problemas de dientes y encías.
Jeanne, a Togoleses in Morocco – difficulty in digesting food, neck pain, piles causing bleeding, stomach pain due to helicobacter pylori
Francis en Ghana: espondilosis lumbar.
Daniel y Julia en Francia: apnea del sueño (Daniel) y objeto moviéndose en la cabeza (Julia).
Fanny y Miguel en México: 13 años de esterilidad así como ataques malignos de dolores de cabeza, entumecimiento del lado derecho y mareos (Fany, esposa), dolor severo en la ingle y ciática (Miguel).
Manuel: lumbago y ciática de 13 años y hemorroides por más de 20 años.
Ema y Oscar, estonios en el Reino Unido: esterilidad, sinusitis y problemas maritales.
Para la gloria de Dios, todos los casos recibieron atención Divina en el poderoso nombre de Jesucristo.

UN MENSAJE SOBRE AMOR Y LOS SOCIOS
Concordando con la afirmación de la Profetisa Yinka en su sermón, el Profeta Racine comenzó su mensaje para socios, declarando: «Estamos viviendo en un mundo atribulado porque no hemos aplicado la solución fundamental: El amor». Por lo tanto, como parte de los esfuerzos para hacer del mundo un lugar mejor para todos, Racine aconsejó a los espectadores a ser cuidadores los unos de los otros brindando alivio, bienestar o socorro a los necesitados; incluso dando más allá de nuestra capacidad natural. Las personas que aman, dijo, nunca son indiferentes a la difícil situación de los demás, y siempre activan sus ojos espirituales para ver a quien está en necesidad.

Por eso, Racine añadió: «Debemos aprender a escuchar nuestra conciencia; debemos aprender a escuchar nuestro corazón. Cuando lo hagamos, nuestra vida cambiará. Nuestra filosofía, nuestro pensamiento, nuestras ideas y nuestro enfoque cambiarán de inmediato». Además, citó Mateo 6:33 y señaló: «Cuando te preocupas por los menos privilegiados, te preocupas por Dios». Instando a los espectadores a convertirse en vasijas honorables en la viña de Dios y más allá, no necesariamente solo en términos de dinero, Racine concluyó: «Un tiempo para dar es un tiempo para visitar a los ancianos, las viudas, los viudos, los huérfanos, los menos privilegiados en la sociedad y los discapacitados físicos; incluso si no comparten la misma fe que tú».