«En el nombre de Jesús» se puede escuchar saliendo de las bocas de muchos en la Iglesia hoy en día, pero, ¿cuántos realmente creen en Su nombre en su corazón? Si hablamos con nuestra boca lo que no creemos en nuestro corazón, estamos usando el nombre de Jesús como si fuera un hechizo o encantamiento. Si pensamos que podemos resistir a satanás usando el nombre de Cristo simplemente como si fuera un hechizo, él prevalecerá contra nosotros. Esto es lo que les pasó a los siete hijos de Esceva (Hechos 19:13-16). Los siete hijos de Esceva estaban confesando lo que no creían. Debido a que Pablo lo decía, ellos también lo decían. Hay una diferencia entre «en Su nombre» y «a cuenta de Su nombre». Cuando digo «a cuenta de Su nombre» quiero decir, por imitación del hombre, mirando a los demás en busca de dirección. Porque me ves orar a mí en el nombre del Señor empiezas a imitarme, no porque creas. La creencia en tu corazón se libera por la fe que sale por tu boca. Es la Palabra de Dios que sale por tu boca la que produce un espíritu de superación en ti. La Palabra de Dios debe ser la base de la confesión de fe. Si tu corazón y tu mente están llenos de la Palabra de Dios, hablarás de esa Palabra. Él es la Palabra en nuestros labios: ¡En el nombre de Jesucristo! El Espíritu de Dios es la Palabra en nuestros labios (1 Corintios 12:3). Es definitivamente el deseo de Dios bendecirte; pero debes creer en Su Palabra, hablar Su Palabra y obedecer Su Palabra antes de que puedas recibir Sus bendiciones.