
Confiar y obedecer la Palabra de Dios es la única manera de ser feliz en Jesús. Cristo nos pide que obedezcamos la Palabra de Dios amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No dijo: «Ama sólo a los Cristianos», sino «ama a tu prójimo como a ti mismo». ¿Quién es tu prójimo? Tu prójimo puede ser tu amigo, tu enemigo o aquellos que no comparten la misma fe que tú. La Biblia te manda amarlos a todos.
El libro de Juan 13:34-35 nos dice que nuestro amor por los demás es una expresión del amor de Cristo por nosotros. Porque como Él nos ama, así debemos amar a los demás. El amor que Cristo tiene por nosotros es lo que nos da la capacidad de amar a los demás. Sin Su amor y sin que Él nos ame, no tenemos amor para amar. Su amor por ti debe expresarse en tu vida diaria. Esto significa que eres amado para amar a otros, bendecido para bendecir a otros y salvado para salvar a otros.
Refleja el amor de Cristo por ti en los demás. ¿Es tu vida un reflejo del amor de Cristo por los demás? ¿Has hecho el bien para cambiar lo malo que ves? Escucha a Jesús diciéndote hoy: «Lo que haces al más pequeño de tus hermanos, a Mí me lo haces». Jesús te está diciendo que hoy ames sin expectativa.
Oración: Señor Jesucristo, ayúdame a amar lo suficiente para pasar por alto los errores de los demás.