
Debido a que Pedro iba a ser una bendición para su pueblo tuvo que probar las dificultades, la decepción, el retroceso, el fracaso y la necesidad. ¿Qué estás atravesando ahora? Lo que estás viviendo puede ser parte de los acontecimientos que revelen el propósito de Dios para tu vida. Recuerda que hay algo mucho más importante que cualquier situación por la que estés pasando: tu sueño y tus metas. ¿Te sientes intimidado de alguna manera? Hay algo mucho más importante que el rechazo: tu sueño y tus metas. Los hombres con propósito no se enfocan en dónde están ahora, su enfoque, objetivo y su deseo están en su destino.
¿Dónde estás ahora? ¿En qué situación te encuentras? ¿Estás en la más absoluta pobreza? Recuerda, el hombre pobre no es el que no tiene dinero, sino el que no tiene un sueño. Por tanto, recuerda tu sueño. En otras palabras, son pobres los que no tienen un sueño. Cuando José estaba en el pozo seco, se preguntó: «¿Dónde está mi sueño? ¡Sé que aquí no pertenezco!». Esta convicción le consoló mientras estuvo en el pozo seco, en la casa de Potifar y en la cárcel. En nuestro camino espiritual con Dios hay momentos buenos y momentos difíciles. Como Cristianos, cuando las cosas tienden a ir en contra de nuestras expectativas, recordemos nuestro sueño; nuestro sueño es nuestro director, nuestra dirección, guía y mapa. Nuestro sueño nos da fortaleza para soportar y gestionar nuestra situación actual.