
¡NO SIGAS SIENDO UNA VÍCTIMA!- ¿Quién te ha hecho daño hoy o en el pasado? ¿Tienes sentimientos de resentimiento o guardas rencor como resultado de una ofensa? Como hijo de Dios, la forma en que respondas a tu situación es importante. Imagina el profundo dolor que sintió José cuando sus hermanos le rompieron su capa favorita de muchos colores, lo arrojaron a un pozo seco y lo dieron por muerto en Génesis 37. Aunque sus hermanos lo trataron mal, José no se aferró a la ofensa, sino que la dejó ir sabiendo que más allá de la ofensa, está Dios. José liberó perdón y obtuvo el favor del Señor, siendo exaltado al más alto cargo de Primer ministro y Consejero especial del rey.
Mateo 6:14-15, «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas».
Muchos piden la bendición, pero no han dejado de lado el rencor que bloquea el rescate de la bendición. La ofensa es un instrumento eficaz usado por satanás para robar a muchos Cristianos sus bendiciones. Por tanto, mantente en guardia, porque como un pez atrapado en una red y como un pájaro atrapado en una trampa, así también, el diablo está al acecho para atraparte en la trampa de la ofensa. No sigas siendo una víctima del auto encarcelamiento. Libérate, porque recibirás en un instante lo que has estado buscando durante años en el momento en que dejes de ofender.