
La vida es un campo de batalla – Muchos Cristianos cuchichean, murmuran, refunfuñan, se quejan, lloran y se lamentan de su situación porque sus vidas se centran en cómo están, cómo se sienten y cómo son tratados.
El primer paso para ser fuerte es darse cuenta de que la vida no es una reunión de amigos. La vida no es un patio de recreo. La vida es un campo de batalla. La razón por la que tantos en la iglesia son débiles es porque no están armados para la batalla. Si no estamos armados para la batalla, no seremos capaces de escuchar la voz interior del Espíritu Santo. Si no estamos armados para la batalla, pelearemos la batalla equivocada.
Efesios 6:12, «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes».
Cada vez que luchas contra carne y sangre, cada vez que luchas contra las personas, estás peleando la batalla equivocada. No debemos desviarnos, luchando contra mera carne y sangre. Debemos luchar contra las entidades espirituales que causan tensión en nuestros matrimonios, problemas con nuestros hijos, desavenencias con nuestros padres. Si no vemos que hay poderes que hacen que las personas se dobleguen en esclavitud, estaremos peleando la batalla equivocada.
Jamás olvides que puedes enfrentarte a las artimañas del diablo; a los astutos ataques de satanás, en la medida en que estés protegido con toda la armadura de Dios.