
La fe no es imitación; no puede ser imitada. Debe surgir en el corazón de cada persona basándose en la Palabra de Dios. La fe no es imitar las acciones de otra persona. No puedes esperar respuesta a la oración basado en el testimonio de otros, en lo que otras personas dijeron o hicieron. Dios no se encontrará contigo porque imites lo que otra persona hizo.
Dios se encontrará contigo cuando obedezcas lo que Él te dijo por Su Espíritu basado en Su Palabra. Si actúas en obediencia a Dios, prosperarás. Recuerda Efesios 3:17, «para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones…». Lo valioso no es memorizar la Palabra sino dejar que esa Palabra se convierta en parte integral de nosotros. Cuando se convierte en parte integral de nuestro ser, se forma la fe.