
La fe gozosa confiesa su victoria – un hombre de Dios ora por ti y te libera del dolor, debes dejar de quejarte. Por ejemplo, había una hermana por la que oré. Cuando oré por ella, fue libre del dolor, pero el lloriqueo no abandonó su voz. No había ninguna confesión de victoria en sus labios; siempre existe el peligro de una confesión del asentimiento mental. El asentimiento mental reconoce la veracidad de la Palabra pero nunca actúa en ella. Su confesión es: «Oh sí, hay sanidad en la Palabra. Hay salvación y liberación en la Palabra, pero…». Por otro lado, la fe confiesa gozosa su victoria. Su gozo es una celebración.
Cuando actúas en la Palabra, estás actuando al unísono con Él. Tú y Él están levantando la carga juntos, caminando juntos, enfrentando juntos la persecución y las pruebas. Estás de acuerdo con Él. Ahora, estás caminando con Él; estás compartiendo Su habilidad y fortaleza. Ahora puedes trabajar para Él, al comprender que Su habilidad se ha convertido en la tuya. Cuando trabajas para Dios, Su habilidad y fortaleza se convierten en las tuyas.