Hebreos 12:28, «Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia».

Creo que todos estarán de acuerdo en que vivimos en un mundo inestable donde nada es seguro. El problema que enfrentamos es que todo en nosotros puede ser sacudido; nuestras emociones, nuestra salud, nuestras finanzas, nuestras relaciones. Por eso no podemos poner nuestra fe en las cosas que se ven.

Las malas noticias pueden sacudirnos, la enfermedad puede sacudirnos, la decepción puede sacudirnos, pero con Jesús, la Roca de la eternidad, podemos caminar estables, vivir estables y permanecer estables en un mundo inestable.

Como creyentes, nos mantenemos en la promesa de recibir un Reino que no puede ser conmovido. En este momento, el Reino de Dios no está lejos de ti o más allá de tu alcance; está justo frente a ti en la Palabra de Dios.

No importa cuán inestable parezca ser el mundo a tu alrededor, puedes hacer de esta confesión tu mapa de ruta: «Elijo no estar en ruina, elijo no vivir en la pobreza, elijo no caminar en la decepción, elijo caminar en el camino de Dios. ¡Vivo estable, camino estable en un mundo inestable!»

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo» (Salmo 119:165).