Hoy en día, todo el mundo desea progreso mientras que la decepción a veces sirve para preservarnos para un nuevo nivel en la vida. Todo el mundo quiere comodidad, mientras que el dolor a veces sirve para preservarnos para un nuevo nivel en la vida. Menciona cualquier gran personaje Bíblico y verás cuánto dolor tuvo que soportar para llegar a un nuevo nivel en la vida. ¿Hablas de Job? El dolor de Job le sirvió para alcanzar un nuevo nivel en la vida (Job 1-2). ¿José? Considera el dolor por el que pasó; desde el pozo seco, pasando por la prisión, hasta llegar al trono (Génesis 37, 39-45). ¿Daniel? Imagina su experiencia en el foso de los leones (Daniel 6). El principio de la vida es que para todo hay un propósito. Nada ocurre porque sí. A menos que comprendas este principio, estarás abocado a la desesperación o a la murmuración cuando las cosas parezcan ir en contra de tus expectativas.

Recuerda que los acontecimientos que parecen ordinarios pueden tener efectos extraordinarios en el espíritu, muchos de los cuales están ocultos a la mirada ordinaria. Hace falta una mente reflexiva para descubrir que detrás de tu situación se esconden las promesas de Dios para tu vida. Siéntate y reflexiona; descubrirás que nada ocurre porque sí. Esa situación en la que te encuentras no viene por casualidad; es como debe ser por voluntad Divina.