ENFÓCATE EN EL CONSOLADOR

Enfocate en el consolador 2 Corintios 1:3-4 dice: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios».

ENFÓCATE EN EL CONSOLADOR

Si la fe ha de crecer, debe empezar pequeña. Todo lo bueno y maravilloso exige tiempo y preparación. Si algo grande empieza grande, es motivo de preocupación. Por eso Jesús no se molestó cuando Nicodemo se Le acercó de noche (Juan 3:1-3). Él sabía que si la fe de uno ha crecer debe empezar pequeña. Si satanás te recuerda tus fracasos pasados, no dudes en recordarle las promesas que Dios te hizo en las Sagradas Escrituras. La Palabra de Dios habita en tu presente y en tu futuro. Muchos de nosotros hablamos de nuestras batallas en lugar de hablar de Aquel que está luchando por nosotros. Las personas se enfocan en su enemigos en lugar de en su Consolador. Hoy en día, respondemos a la razón en lugar de a la Palabra de Dios. Actuar en la Palabra es dejar que Cristo actúe a través de ti. Actuar en la Palabra te da una oportunidad. No importa cómo dominemos las Escrituras, sin actuar en ellas y sin verdadera obediencia a lo que leemos seguiremos siendo bebés espirituales.

Cuando obedecemos la Palabra de Dios pronunciada por el Espíritu Santo, creceremos y maduraremos en tiempos de conflicto y sufrimiento, porque las pruebas son el terreno en el que la fe florece. Cuando la Palabra domine tu boca, un día dará sus frutos, pues el Espíritu la llevará a tu corazón. Esto te ayudará a hablar de Aquel que está peleando por ti en lugar de hablar de tu batalla. Te ayudará a hablar de tu fe en lugar de hablar de tus dudas. Te ayudará a enfocarte en tu Consolador en lugar de en tu enemigo. Recuerda, la Palabra toma el lugar del Cristo invisible. La Palabra se convierte en parte de ti mediante la meditación.

Oración: «Señor Jesús, ayúdame a enfocarme sólo en Ti, ¡en el poderoso nombre de Jesús! ¡Amén!».