Lo principal del Cristianismo no es el trabajo que hacemos sino la relación que mantenemos y la atmósfera producida por esa relación. Hay dones sobrenaturales del Espíritu dados a los creyentes para que sean ministrados unos a otros. Estos se reciben del colegio de Dios, según Su voluntad. Están separados de los talentos naturales, la habilidad y la educación del hombre. Estos elementos que se obtienen del colegio terrenal del hombre son usados por satanás para ganar las almas de los hombres, y esto afecta a la Iglesia en los tiempos modernos.

La habilidad natural, el talento y la educación del hombre no pueden ser ejercidos en la iglesia del Espíritu Santo sin antes ser santificados. La habilidad natural, el talento y la educación del hombre deben obedecer a la voluntad de Dios antes de que puedan recibir la bendición de Dios. Hoy en día, muchas personas no conocen la diferencia entre los dones sobrenaturales de Dios y los dones naturales del hombre. Estos son los desafíos que enfrentamos en la Iglesia hoy en día. La gente usa los dones naturales para el trabajo de Dios.

Por ejemplo, una persona tiene la capacidad de enseñar, predicar, orar, organizar una iglesia; estos son los dones naturales del hombre. El Espíritu Santo habla, enseña, ora y organiza según Su voluntad. Estos son dones sobrenaturales de Dios. Una persona tiene el poder de decidir. El Espíritu Santo tiene el poder de elegir. Estos son los desafíos que enfrentamos hoy en día. Jesús no le preguntó a Pedro si era un orador dotado o un líder talentoso. Jesús no le preguntó sobre su entrenamiento en el seminario o su conocimiento de la Biblia. Estas cosas son importantes, pero no son la cuestión. La cuestión es bastante simple. La calificación básica para un ministerio duradero se basa en la pregunta de Jesús: «¿Me amas?» En otras palabras, «¿Tienes una relación conmigo?».