
Daniel 6:19-20, «El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?».
En otras palabras, el rey simplemente le preguntaba a Daniel: «¿Es capaz tu Dios? ¿En qué situación estás ahora? ¿Es capaz tu Dios? Si lo es, ¿es fiel a Sus promesas? Si Él es fiel, ¿realmente tú le eres fiel?» Ciertamente nuestro Dios es poderoso y fiel a Sus fieles servidores. Esto significa que no es un asunto unilateral. Dios tiene un papel que desempeñar en mi salvación, así como yo también tengo un papel que desempeñar. Este debería ser nuestra regla de oro. Este es el tipo de relación aprobada por Dios.
Somos infieles a Dios; por eso nos parece que Él es impotente ante nuestra montaña. Muchos culpan a Dios de infidelidad cuando deberían culparse a sí mismos por no orar conforme a Su voluntad. Las oraciones sin respuesta se interponen entre las personas y su fe. Siempre es Su voluntad responder a la oración. «Clama a mí y yo te responderé…» (Jeremías 33:3). Esta es la invitación de Dios a orar y Su promesa de responder. Dios te invita a orar, a pedir. Él siempre está listo para responder. Cuando somos fieles, nuestro Dios es poderoso. Esto significa que no es un asunto unilateral. Tú tienes un papel que desempeñar, al igual que Dios tiene un papel que desempeñar.
Recuerda, nuestro Salvador dijo, «Padre, no se haga mi voluntad sino la tuya» (Lucas 22:42). Tal fue el principio tras la fe de Daniel. Este debería ser el principio tras de la fe de cada Cristiano. Daniel tenía una firme confianza en la capacidad de Dios para librarlo de la muerte y se sometió humildemente a Su voluntad. No le importaba que el Señor no lo libraba. Hoy en día, nos importa si el Señor no responde a nuestra oración. A Daniel no le habría importado que el Señor no respondiera a su oración. Él sabía cuánto necesitaba a Dios. Sabía que necesitaba a Dios tanto en los buenos como en los malos tiempos.
La Biblia dice que a pesar de todas las adversidades, se mantuvo firme, sabiendo que Dios es fiel a quienes Le son fieles. Cada vez que te encuentres con pruebas, tómatelas como una oportunidad para honrar a Dios ante los hombres. Cada vez que se encontraba con pruebas, Daniel las tomaba como una oportunidad para honrar a Dios ante los hombres. Confió en el Dios vivo. Estaba convencido de que Dios sería capaz de librarlo de la muerte y en la muerte misma. Dios es poderoso para aquellos que Le son fieles. Dios requiere nuestra fe para revelar Su poder. Daniel vio su relación con Dios como una relación mutua. Dios es fiel a aquellos que Le son fieles. Esta fue su propia regla de oro; reconocer que Dios no es un hombre que decepciona. ¡Él es fiel!