
1 Corintios 15:56-57 dice: «El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo».
Nuestro Señor Jesucristo nos ha dado la victoria al vencer la muerte para que podamos reinar en vida con Él. Nuestro Señor Jesucristo pagó el precio de nuestros pecados para que podamos ser libres. Esta victoria es una oportunidad única dada a todos los creyentes para que experimentemos un nuevo comienzo. La victoria de Jesucristo es el gozo de un verdadero creyente. Su muerte y resurrección produjeron la nueva vida que disfrutamos hoy. Teniendo vida en abundancia, Él dejó de lado nuestro pasado indigno y nos trajo al Dios vivo. Su resurrección nos ha abierto un camino hacia la gloria eterna y nos ha ofrecido la victoria.
Él venció a la muerte para que nosotros vivamos. Él venció la enfermedad para darnos buena salud. Él venció la pobreza para asegurarnos la abundancia. Empieza a tomar tu lugar en la autoridad del creyente y empieza a confesar esta victoria sobre tu vida, sobre tu situación y observa como se hace realidad.
Oración: «Señor Jesús, gracias por tomar mi lugar en la muerte. Gracias por Tu regalo de la vida. Gracias por darme la victoria, en el nombre de Jesús. Amén».