
Proverbios 3:5-6 dice, «Fíate de Jehová de todo tu corazón,Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas».
Para aquellos que ponen su fe en Jesucristo, siempre hay días mejores por delante. Sin embargo, en momentos de adversidad, muchos se encuentran cuestionando la fiabilidad de la Palabra de Dios. Es fácil caer presa de las dudas sembradas por el diablo, quien susurra: «¿De verdad Dios se preocupa por ti? Si Él te ama, qué enfrentas dificultades? ¿Por qué aún no ha llegado tu progreso?». Estas son tácticas diseñadas para desafiar tu confianza en la Palabra de Dios.
En Mateo 4:1-11, cuando satanás intentó tentar a Jesús, dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan». Pero Jesús respondió con firmeza, diciendo: «No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Esta interacción ilustra una verdad clave: la estrategia de satanás a menudo intenta que nos cuestionemos las promesas de Dios, instándonos a enfocarnos en aquello que nos falta en lugar de en la abundancia de bendiciones que ya hemos recibido.
Como seguidores de Cristo, las pruebas y tribulaciones no nos son ajenas. La promesa de Dios no es mantenernos inmunes a las dificultades, sino guiarnos a través de ellas. Con demasiada frecuencia, olvidamos los milagros y las bendiciones del pasado cuando enfrentamos los desafíos del presente, dejando que la duda se apodere de nuestro corazón si las respuestas no llegan rápidamente.
Es importante recordar que el dudar de la Palabra de Dios limita Su capacidad de obrar en nuestra vida. Reflexionar sobre las maneras en que Dios ha obrado en tu pasado fortalecerá tu fe y te ayudará a confiar en Él para tus necesidades presentes. Cuando las circunstancias parezcan sombrías y tu situación hable más fuerte que Sus promesas, resiste la tentación de rendirte o cuestionar Su verdad.
Tu situación puede tener su propia voz, llenando tu mente de desánimo y tratando de convencerte de que abandones tu fe. Sin embargo, la Palabra de Dios sigue siendo la máxima autoridad, superando cualquier dificultad y duda terrenal. Mantente firme en la certeza de que Sus promesas son inquebrantables y que Él siempre es fiel para cumplirlas. Hoy, permite que Su Palabra sea el fundamento de tu esperanza y confía en que Él te ayudará a superar tu situación, en el nombre de Jesús.