Proverbios 23:7 dice, «Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…».

¿Qué está pasando en tu corazón? ¿Estás pensando en tus desafíos actuales o en las promesas que Dios te ha hecho? Como Cristiano, el contenido de tu corazón Le importa mucho a Dios. Nuestros pensamientos tienen la capacidad de limitar lo que somos, lo que podemos hacer o lo que podemos llegar a ser. Cuando piensas correctamente, te estás entrenando para actuar correctamente. Cuando nuestra mente se enfoca en nuestros problemas, estos se magnifican, pero cuando pensamos en la provisión de Dios para nuestros problemas Su respuesta se magnifica. El hombre es así como piensa en su corazón.

La mayor fuente de los problemas humanos es preocuparse por el mañana. En Mateo 6:34, la Biblia dice, «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal». No sólo puedes deshacerte de los pensamientos negativos reprendiéndolos. También debes reemplazarlos con pensamientos piadosos. Cualquier esfuerzo carnal que hagas para resistir los pensamientos negativos o pecaminosos en realidad fortalece el dominio de tales pensamientos sobre ti. La mejor manera es reemplazarlos con los pensamientos de Dios. ¿Has estado pensando en tu pasado, tus fracasos, tus errores y tus desafíos? Ahora es el momento de alimentarse de la Palabra de Dios que contiene Sus promesas para ti. Debes meditar en la Palabra para que tengas el tipo de fe que cree que la demora no es una negación. El tiempo de Dios es el mejor, y en el tiempo de Dios, todo es hermoso.

Oración: «Oh Espíritu Santo, ayúdame a enfocarme sólo en Ti, ¡en el nombre de Jesús! Amén».