A MÁS PRISA, MENOS VELOCIDAD

A MÁS PRISA, MENOS VELOCIDAD – Para los que están sentados junto a la autopista de la vida, diciendo: «La vida no es justa conmigo. No lo consigo; soy pobre. He sido Cristiano por años, pagando mi diezmo regularmente pero aun así las cosas no están funcionándome; las cosas no han cambiado. Se supone que ahora debería ser rico»; hermanos, todo es hermoso en el tiempo de Dios, pero ese tiempo es limitado: un tiempo para trabajar sin resultado inmediato y un tiempo para cosechar el producto de la gracia.

La vida es por etapas. Cuando llega el momento de comenzar una carrera, todo el mundo espera el disparo de la pistola o el sonido del silbato. Sin embargo, en nuestra vida cotidiana, a muchos les ocurre lo contrario. En un intento de adelantarnos al disparo, descubrimos que salimos peor parados; lo pagamos caro. Como dice el refrán: «A más prisa, menos velocidad». Esto significa que si tienes prisa por conseguir algo, es probable que cometas errores costosos que te harán retroceder, o incluso caer. Muchos, al intentar adelantarse, se ven enredados en situaciones que ponen en peligro su carrera y arruinan su éxito en la vida.

Sea cual sea la crisis que estés atravesando, Dios está al corriente. Nunca interpretes Su silencio como un rechazo. Esa situación puede ser para preservarte para que puedas arrebatar tu futuro en tus manos; puede ser para reformarte, puede ser para prepararte a fin de que tomes tu posición y posesión apropiadas en Cristo Jesús.

ORACIÓN: «Oh Espíritu Santo, dame la gracia de seguir esperando en la presencia de Dios para que se haga Su Voluntad en mi vida, en el nombre de Jesús. Amén».

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