LA AMISTAD CON DIOS ES AMISTAD

La verdadera amistad con Dios es algo que todo creyente desea. Sin embargo, no es algo que suceda por casualidad; crece a través de la intimidad, la obediencia y la comunión, cuyo centro es la Palabra.

No se puede conocer verdaderamente a Dios sin Su Palabra, porque Su Palabra revela Su corazón, Su naturaleza y Sus caminos.

Jesús dijo en Juan 15:7, «Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho».

Ten en cuenta que Él no sólo dijo, «Si permanecéis en mí», sino «y mis palabras permanecen en vosotros». La amistad con Dios se construye sobre el fundamento de Su Palabra que vive dentro de nosotros. Cuanto más profundamente se arraiga la Palabra en tu corazón, más cercano será tu caminar con Dios.

Como nos enseñó T.B. Joshua, «La Palabra que nos domina es el Señorío de Cristo en nosotros». Cuando la Palabra gobierna tus pensamientos y acciones, Cristo mismo comienza a gobernar en ti.

Su Señorío no es sólo algo que confiesas, sino que se convierte en algo que vives. La Palabra renueva tu mente y te enseña cómo caminar en la voluntad de Dios cada día (Romanos 12:2).

Santiago 4:4 nos recuerda que «la amistad del mundo es enemistad contra Dios?». No puedes aferrarte al mundo y esperar caminar cerca de Dios al mismo tiempo. El mundo te aleja de la Palabra, pero la Palabra te acerca a Dios. El versículo 8 dice, «Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros». Cada vez que abres tu Biblia con un corazón humilde, estás dando un paso más hacia Él.

La Palabra escrita da a luz la Palabra viva en nosotros cuando la meditamos una y otra vez en nuestro corazón. La meditación trae revelación. Cuando meditas la Palabra de Dios en tu corazón, la contemplas, la crees y la proclamas, se convierte en vida dentro de ti. Es entonces cuando la amistad con Dios se hace real. Empiezas a reconocer Su voz, a sentir Su presencia y a caminar en Su sabiduría cada día.

La amistad con Dios crece donde se atesora la Palabra. Cuando Su Palabra llena tu corazón, Su presencia llena tu vida. Cuanto más vives según la Palabra, más vives como Él.

Oración:

«Señor, ayúdame a fortalecer mi amistad contigo a través de Tu Palabra. Permite que Tu verdad more abundantemente en mi corazón y guíe cada aspecto de mi vida. Enséñame a amar Tu Palabra más que al mundo, y permite que el señorío de Cristo reine en mí a través de ella. Que cada día me acerque más a Ti al meditar en Tus promesas. En el nombre de Jesús. ¡Amén!».