AÚN HAY ESPERANZA

Santiago 1:2-4 dice, «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna».

¿Estás dando todo de ti, pero sientes que nada funciona? No importa la adversidad que enfrentes, recuerda esto: esto no ha terminado, todavía hay esperanza. Como Cristianos, continuamente tenemos una ventaja. Esta esperanza es para nuestro beneficio, anclada en Cristo, el Autor y Consumador de nuestra fe. Mientras Cristo esté involucrado, la esperanza permanece.

El relato de Jesús y sus discípulos en Marcos 4:35-41 nos muestra que la confianza en Cristo previene la desesperanza. Los discípulos entraron en pánico durante una tormenta, pero Jesús se levantó, calmó las olas y restauró la paz, porque Él estaba presente con ellos. ¿Estás pasando por una dificultad que te hace sentir como si tu barco fuera a hundirse? La buena noticia es que hay alguien contigo que puede calmar cualquier tormenta. No importa cuál sea tu lucha, todavía hay esperanza.

Quizás sientas que has llegado a tu límite y quieras rendirte. No lo hagas; Jesús está contigo. Ya sea que tu dolor sea por enfermedad, fracaso, estancamiento o soledad, no pierdas la esperanza. La tormenta que te azota se calmará. No estás acabado. No eres un fracasado. Estás en un proceso que te lleva a tu destino Divino. Aunque sientas que el tiempo pasa y sigas sin estar seguro del propósito de Dios para ti, recuerda que esta es tu temporada de silencio, destinada a reformarte y remodelarte para convertirte en quien Dios creó que fueras.

No te desesperes, independientemente de los desafíos que enfrentes en tu salud, tus relaciones o tu carrera. Jesús está contigo, así que no pierdas el enfoque. El objetivo del enemigo es distraerte, porque una vez que pierdes el enfoque, puedes desviarte fácilmente. Mantén el enfoque, incluso cuando parezca que estás en desventaja, porque como Cristiano, las pruebas obran para tu beneficio y avance final.

Cuando te enfrentes a situaciones incómodas, no te desanimes, sino mira primero a la Cruz, donde se pagó el precio por tu consuelo. La seguridad de Dios es que nunca te dejará sin una solución. Nuestro Dios nunca dice adiós, Él siempre está con nosotros. Emmanuel.

Oración: «Señor Jesús, te traigo mi dolor y mi vergüenza. ¡Ten misericordia de mí y libérame, en el nombre de Jesucristo! ¡Amén!».

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