La transmisión Dominical de La SCOAN, del 26 de abril del 2020 fue transmitida en vivo desde los estudios de Emmanuel TV y en ella pudimos ver al Profeta T.B. Joshua exhortando al cuerpo de Cristo al orar por los líderes mundiales y sus naciones desde la Montaña de Oración. Llamó a Dios a perdonar sus pecados. También exaltó el poder sanador y curativo en la Sangre de Jesús. En un tiempo en el que la pandemia del COVID-19 se ha convertido en el punto focal del mundo debido a sus adversas consecuencias socioeconómicas, el hombre de Dios imploró a Dios que sanara nuestras tierras y el mundo en entero. Ordenó que el poder del pecado sobre las naciones del mundo fuera roto, ¡en el poderoso nombre de Jesucristo! En un momento en que las naciones del mundo y sus líderes están en el extremo de su desesperación como resultado del temor generalizado y la incertidumbre causada por el rampante COVID-19, El Profeta T.B. Joshua buscó la dirección Divina: «En el nombre de Jesús, por el poder de la Sangre derramada en la Cruz, por la autoridad de la Escrituras, decreto sabiduría y entendimiento en este tiempo crítico. Dale a nuestros líderes sabiduría y comprensión para guiar sus naciones, sus países en este momento de tribulación, en el nombre de Jesucristo oramos».

A pesar de la notable división de la Cristiandad en todo el mundo, el hombre de Dios clamó a Dios que fortaleciera el cuerpo de Cristo en todas las naciones del mundo, enfatizó que la interminable lucha por ser como Él es la razón por la que los soldados del Reino de Dios están tan divididos: «Padre, queremos encomendar a nuestros ministros del Evangelio; estamos luchando para ser como Tú. Hay una confusión. Esa es la razón por la que tenemos división en la casa de Dios. Es por eso que hay división en todas partes en Tu casa. Por eso hay división en todo el mundo. Padre, fortalécenos, llénanos de nuevo, remodélanos, modifícanos y llénanos con una nueva unción. Sin la unción, nadie puede hacer Tu obra. Sin la unción, nuestros desafíos nos abrumarán. Sin la unción, nuestros desafíos nos dominarán. Pedimos una  unción fresca; llena a cada ministro del Evangelio. ¡Llénalos, remodélalos, modifícalos, Señor, para el viaje! ¡En el poderoso nombre de Jesucristo!».

A aquellos que se encuentran en el lecho de la enfermedad, el hombre de Dios los declaró libres de su enfermedad con autoridad ¡en el nombre de Jesús! «Aquellos que están en el lecho de enfermedad, ¡Padre, los declaro libres, en el nombre de Jesús! ¡Reciban su liberación, en nombre de Jesucristo! ¡Reciban su sanidad, en el nombre de Jesús! Cualquier enfermedad en tu cuerpo, fluidos, órganos, como sea que se llame, COVID-19, cualquier aflicción; recibe tu liberación, recibe tu sanidad, ¡en el nombre de Jesucristo!».

El Profeta T.B. Joshua también oró por los trabajadores de la salud que están al frente de la batalla contra el COVID-19. Pidió a Dios que los fortaleciera y guiara mientras continúan cumpliendo con sus deberes con el objetivo final de relegar el temido virus al basurero de la historia: «Oro que los médicos, los profesionales de la medicina, los cuidadores, nuestras enfermeras, ¡sientan la presencia de Dios! Úsalos, Señor, para restaurar la salud de los enfermos, para restaurar su salud, ¡en el nombre de Jesucristo!».

Para concluir, el hombre de Dios recordó a los trabajadores de la salud que su profesión no los hace invulnerables a la enfermedad. Sin embargo, los puso en las manos protectoras de Dios: «El hecho de que cuiden a los enfermos, ustedes, cuidadores, médicos profesionales, enfermeras; no significa que no puedan estar enfermos. Pueden estar enfermos. ¡Te libero, en el nombre de Jesús! ¡Sé sanado en tu alma, sé sanado en tu espíritu! ¡Sé sanado, en el nombre de Jesús! Cualquier enfermedad o dolencia que estés enfrentando ahora mismo, ¡te cubro con la Sangre de Jesús! Las manos de los cirujanos; pongo mi mano sobre ellas. Señor Jesús, guía las manos de los cirujanos. En el tratamiento dado a los enfermos; ¡Señor Jesús, guíalos!».

Los Profetas Racine y Chris junto con las Profetisas Yinka, Angela y Anne diseccionaron algunos de los puntos culminantes de las profecías del Profeta T.B. Joshua para el año 2020 y los años anteriores. Hablaron específicamente de la realidad actual del sector petrolero mundial, en el que el precio del petróleo ha caído drásticamente, como profetizó el hombre de Dios en los años 2008, 2011 y 2013. También demostraron, con hechos existentes, que el confinamiento total que ha reducido al mundo entero a un pueblo fantasma y ha dado lugar al cierre de empresas, el hambre y a la frustración, puede vincularse al «año de la humildad» del que ya había advertido el Profeta T. B. Joshua en su profecía para 2020.

Hicieron referencia a los datos publicados por la Universidad John Hopkins en la que se confirmó que la curva de crecimiento de los pacientes que habían contraído el coronavirus en realidad comenzó a disminuir significativamente justo a partir del 28 de marzo del 2020, en consonancia con la profecía del Profeta T.B. Joshua de que el ruido del coronavirus se quebrantaría el 27 de marzo del 2020. También se recordó que el hombre de Dios había dijo que el temeroso año terminaría en marzo, mientras que el año de la humildad proseguiría según el calendario de Dios.

En respuesta a un correo electrónico enviado por un espectador desde Canadá y leído por la Profetisa Yinka, la Profetisa Anne explicó que el dar no se limita al dinero. Ella consideró que hay muchas otras cosas con las que un verdadero creyente puede mejorar la suerte de sus hermanos. «Así como Dios Todopoderoso ha diseñado el funcionamiento de la sociedad humana, también ha planeado que cada individuo pueda contribuir a ayudar a sus semejantes», dijo. Reiteró el hecho de que no hay nadie que Dios haya creado sin un don, y que es la incapacidad de las personas de reconocer el don o dones que Dios les ha dado lo que lleva al desempleo o a la falta de un trabajo que hacer. A aquellos que no tienen un flujo estable de ingresos, les alentó a que el dinero no es lo único que pueden utilizar para bendecir a los demás, y les animó a canalizar su amor hacia los demás mediante actos de bondad, como el compartir conocimientos o incluso una simple sonrisa, añadiendo que cuando sembramos dichos actos se producen mayores cosechas..

Sustentó su explicación con una cita del Libro deRomanos 12:7-10«Si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros». En una época en la que el mundo está atravesando una fase difícil causada por la pandemia del coronavirus y sus efectos económicos adversos, la Profetisa Anne instó a los Cristianos a sembrar más amor y fe en la sociedad. Añadió que deberíamos sembrar incondicionalmente, no sólo dar a las personas con las que compartimos la misma fe, sino a aquellas que no la comparten. Concluyó con un llamado a los Cristianos a abrazar el espíritu de perdón de modo que Dios también preste oído sin restricciones a nuestras súplicas. Plasmó este concepto con una lectura del libro de Salmos 66:18, «Si en mi corazón hubiera yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado». Concluyó guiando a los espectadores en una oración para el perdón de toda iniquidad que sea un obstáculo para nuestras oraciones y nuestra relación con Dios.

La Profetisa Angela elaboró el concepto de dar sacrificios con una referencia al encuentro entre el Profeta Elías y la viuda de Sarepta, como fue retratado en 1 Reyes 17:10-14. A pesar de las desventajas sociales y económicas que definían su vida, la voluntad de la viuda pobre de sacrificar todo lo que tenía, llevó a la transformación de su vida a través de la declaración profética y las bendiciones de Elías. Después, la Profetisa Yinka oró para que los espectadores estuvieran libres de toda carga, incluyendo el coronavirus.

El Profeta Chris llamó una vez más la atención de los espectadores sobre su papel a la hora de actuar el amor declarando: «El amor echa fuera el mal porque el mal no puede resistir el amor… por eso el amor debería ser nuestro lema, nuestro eslogan como Cristianos». Y añadió: «Si tu ayuda no viene de tu corazón, no puede ser una bendición para el Reino de Dios o para los demás».

Prosiguiendo, el Profeta Racine habló agradeciendo a los socios de Emmanuel TV por su desinteresada demostración al dar. Se refirió al buen samaritano, quien no estaba en una posición propicia para ayudar a alguien, pero dio lo que tenía en su mano sabiendo que podía ser una solución a la situación. Lo que más le preocupaba era la necesidad de llevar a cabo su tarea como proveedor de soluciones. Concluyó con un llamado a los Cristianos a continuar propagando el amor y alcanzar a los menos privilegiados. Finalmente, el Profeta Racine recordó a los socios de Emmanuel TV que obren el amor, actúen el amor y que permitan que el amor les guie ya que «el amor echa fuera la maldad».