Al comenzar la transmisión dominical de La SCOAN, los espectadores tuvieron una cautivadora vista desde el cielo de un terreno rocoso rodeado de una vegetación virgen. Cuando la cámara bajó de sus vertiginosas alturas, allí estaba el Profeta T.B. Joshua orando mientras el Espíritu de Dios le dirigía. Después de pasar muchos días en aislamiento buscando el rostro de Dios, el Profeta T.B. Joshua regresó del Monte de Oración para compartir con los espectadores el mensaje especial que había recibido, en una muy esperada aparición en las Sesiones de Oración Interactiva «La Distancia no es una barrera», anclado por primera vez por el propio Profeta T.B. Joshua. 

El Profeta T.B. Joshua reconoció por primera vez que había pasado bastante tiempo desde su última aparición. Explicó a los espectadores: «Me tomé un tiempo de descanso. El tiempo de descanso es tiempo de recibir de Dios. El tiempo de trabajo es tiempo de dar lo que recibimos de Dios».

El hombre de Dios se adelantó para comenzar el mensaje con una oración. «Aliméntanos, Señor, de tu Palabra para que te conozcamos. Tu Palabra es la Verdad. Tu Palabra es Luz. En el nombre de Jesucristo. Amén». En un mensaje titulado, Los errores son corregibles», comenzó con la lecturas de 2 Corintios 12, siendo el versículo 10 el texto de referencia: «Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte». También citó Proverbios 24:16, Números 13:31-33, Josué 1:5-9, Colosenses 1:15-21 y Salmos 119:67.

El Profeta T.B. Joshua describió un error como un acto o juicio equivocado, en el que toda persona ha estado involucrada en algún momento. Observó que cometer un error no es tanto la cuestión sino más bien el cómo se maneja. Refiriéndose a los problemas omnipresentes de la pobreza, la enfermedad y la opresión de los débiles, los cuales llevan al pánico y a la incertidumbre en todas partes, el siervo de Dios afirmó que nadie está por encima de los errores y que no se puede vivir una vida adecuada sin cometer errores. Por lo tanto, aconsejó a los Cristianos que corran hacia Dios siempre que cometan errores en lugar de huir de Él. En sus palabras: «Si debes llegar a tu meta, debe haber un tiempo para llorar, un tiempo para lamentarte, un tiempo para quejarte y un tiempo para ser feliz», incluso cuando añadió que los errores hacen que la vida Cristiana sea más interesante y valiosa, y nos acercan a Dios.

Refiriéndose a Números 13:31-33 y a Josué 1:5-9, el Profeta T.B. Joshua advirtió a los espectadores que no escucharan la voz interna negativa que siempre se deleita en instar a la gente a ir en contra de los deseos de Dios: «Nuestro mayor enemigo no son los desafíos que enfrentamos, sino la pequeña voz interna que nos impulsa a decir «puedes hacer esto, puedes hacer aquello y salirte con la tuya. Observando que algunos de nosotros estamos en medio de un error de alto riesgo en este momento», el Hombre de Dios aconsejó a los espectadores a construir una relación personal con Jesucristo, que es el único que tiene la capacidad de ver a través de nosotros: «Cuando nos conectamos con Jesús genuinamente por medio de una relación personal, Él te guiará a través de todo lo que hagas».

Sobre la prevalencia de los desafíos en la vida humana, el Profeta T.B. Joshua dijo «Todos nosotros luchamos batallas similares pero se camuflan de manera diferente». «Por lo tanto, concluyó haciendo hincapié en la necesidad de depender de Jesús para hacer frente a los errores y otras cuestiones de la vida, ya que cuando confiamos en la fuerza que viene de Jesús, Él no permitirá que el enemigo de nuestra alma nos dé más de lo que podemos tomar».

Mientras se preparaba para orar por los espectadores, el Profeta T.B. Joshua cantó sobre la oración como la llave maestra, con la que Jesús comenzó y terminó Su ministerio terrenal. Luego oró: «Señor Jesús, por el poder de tu Espíritu Santo, permítenos ser sanados, en el nombre de Jesucristo. Venimos con nuestro vacío para que podamos ser llenados. Venimos con nuestra debilidad para recibir Tu fortaleza. Venimos con oscuridad, buscando Tu luz. No hay enfermedad, no hay dolencia que Jesús no pueda sanar. No hay carga que Jesús no pueda llevar. Cada manto de enfermedad, cada manto de aflicción, ¡sea quitado, en el nombre de Jesús!» A partir de entonces oró en contra de todas las demás formas de aflicción en la vida de los hijos de Dios, incluyendo el COVID-19, incluso mientras intercalaba las oraciones con canciones que afirmaban la omnipotencia de Dios. Después oncluyó: «¡Que el manto de favor envuelva tu vida, en nombre de Jesucristo!».

Posteriormente, el Profeta T.B. Joshua se trasladó a las pantallas donde se podían ver seis salas llenas de pacientes de COVID-19 en un centro de aislamiento de la nación centroamericana de Honduras. Coordinando desde el centro de aislamiento estaba Ariel, vestido con equipo de protección. Uno de los pacientes del centro, Kevin, explicó que había estado sufriendo de neumonía como resultado del COVID-19. «Le pido a Dios que me cure», dijo Kevin. Otra paciente era Aracely, que estaba acostada de espaldas y solo podia respirar con la ayuda de una máscara de oxígeno, ya que sus pulmones estaban muy afectados. «Mi expectativa es recibir mi sanidad», dijo.

«Hay poder en la sangre», cantaba el Profeta T.B. Joshua, mientras se preparaba para activar el poder de Dios desde una distancia de miles de kilómetros. Luego ofreció oraciones de perdón con los pacientes, sugeriendoles a hacer de su corazón el punto de contacto con el Espíritu Santo. «¡Padre, perdónalos, en el nombre de Jesús!», oró. El hombre de Dios continuó: «Por el poder del Espíritu Santo, que la aflicción, que el COVID-19 sea expulsado!». A medida que la oración se intensificaba, los pacientes comenzaron a reaccionar físicamente, y algunos de ellos vomitaron y orinaron las sustancias venenosas en sus sistemas. Siguió orando: «Yo purgo tus órganos. Purgo tu sistema, en el nombre de Jesús!». Luego declaró a los pacientes: «¡Son libres!».

Inmediatamente, los pacientes recobraron fuerzas y comenzaron a hacer cosas que antes no podían hacer. Ahora sentada en su cama y sin su máscara de oxígeno, Aracely dijo: «Sentí el poder sanador y liberador de Dios. Sentí que mis pulmones se llenaban de aire. Soy feliz y le doy toda la gloria a Jesucristo. «Luego aconsejó a todos que crean en el poder de Dios. Un anciano estaba tan emocionado por la seguridad de su bienestar que ejercitó su cuerpo con estiramientos. Su respiración había vuelto a la normalidad. «¡Gracias, Jesucristo! ¡Te adoro hoy! Tuyo es el cielo y la tierra», incluso cuando se dirigía al baño para vaciar sus intestinos después de varios días de no poder hacerlo: «Eliminé un montón de sustancias asquerosas – ¡ese era el poder de la oración!» dijo.

Todavía visiblemente tambaleándose por los efectos sobrenaturales de las oracione, una mujer sacó a relucir su experiencia: «Vi una luz blanca que me iluminaba y me pidió que me quitara la máscara de oxígeno. Ya no me ahogo. Ahora me siento bien». Se puso de pie y glorificó el nombre de Dios, levantando las manos hacia arriba. Otro anciano, Francisco, dijo: «Cuando estaba orando, sentí náuseas y vomité. Ahora estoy sanado. Durante la oración, sentí tanto calor en todo mi cuerpo que hasta el médico tuvo que traerme un ventilador. ¡Gracias, Dios! ¡Estoy liberado!», concluyó.

Aún sobre las experiencias de las oraciones, otro paciente de edad avanzada recordó: «Antes de la oración, sentía presión en el pecho. Tenía dolor y opresión en el pecho. Pero después de la oración, estoy feliz y pleno». Declarando que ahora estaba lleno de paz, el hombre le rcomendó a todos confiar en Dios. También hablando de su propia experiencia estaba Hermelindo, quien dijo que cayó bajo el poder del Espíritu Santo y ya no sintió el dolor de garganta que tenía antes. Testimonios similares fueron dados por otros tres ancianos que fueron testigos de el poder sanador y liberador de Dios. «Nuestros cuerpos han sido limpiados», resumió Ángel en nombre de todos los pacientes

El trío de coordinadores del centro de aislamiento – Ariel, David y Francisco – agradecieron a Dios por usar al Profeta T.B. Joshua para ministrar sanidad, liberación y salvación a los hondureños. Para terminar, vale la pena citar las palabras del Profeta T.B. Joshua sobre la fe y la medicina: «Si no crees en Dios con la medicina, no puedes creer en Dios sin la medicina».

Como el Profeta T.B. Joshua mencionó inicialmente, «Este es un momento difícil donde cada día está lleno de incertidumbre, los giros y vueltas de la vida». Mientras el mundo lucha para enfrentarse al COVID-19, el aparentemente incurable virus mortal, los eventos presenciados semanalmente en Emmanuel TV demuestran que hay sanidad en la sangre de Jesucristo.

Qué buena, refrescante y gran noticia es esta para las naciones de todo el mundo. No endurezcamos nuestros corazones sino que abrámoslos y sometámonos humildemente bajo la poderosa mano de Dios y oremos, ya que Dios promete en Su Palabra que restaurará nuestras tierras (2 Crónicas 7:14). Que el Señor bendiga Su Palabra en medio de nuestros corazones. Amén.

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